Ruta internacional del Contrabando de Café (Portugal-Extremadura)

P4151145

(Track de la ruta para GPS, autor The Raven)

La Cámara Municipal de Marvão organizaba la cuarta edición de la Ruta Internacional de Senderismo del Contrabando del Café, una actividad enmarcada dentro del acuerdo de Cooperación Transfronteriza que el Municipio de Marvão ha firmado junto al Ayuntamiento de Valencia de Alcántara, con el fin de estimular un mayor acercamiento de los habitantes de las dos poblaciones fronterizas. Un enclave turístico de primer orden. El trazado de la ruta senderista que discurre por los términos municipales de Marvão y Valencia de Alcántara, tiene un recorrido circular con una longitud aproximada de 11 Km, y es de dificultad baja.

La ruta comienza temprano, junto a la iglesia de la pequeña aldea portuguesa de Galegos, degustando las llamadas ‘migas del contrabandista’ con café de puchero, justo antes de comenzar a caminar por la raya/ a raia hispano portuguesa.

P4151076

 

 

Salimos de Galegos recorriendo la falda del Monte de Baixo por senderos de piedra rodeados de alcornocales

P4151086

 

Es invierno y los grandes castaños se han librado de sus hojas, así desnudos, son como grandes fantasmas, esperando la primavera. Y el glorioso otoño, y sus suculentas castañas.

P4151090

 

La parte más baja, la llamada Atalho, descubre las casas portuguesas y sus vivos colores, mucho han cambiado estos asentamientos de frontera, dedicados al contrabando, al estraperlo, donde mochileros y guardias jugaban la ratón y al gato.

P4151093

 

La orografía “rayana”, protege estas antiguas aldeas que surgieron como nidos del viejo contrabando, caso de Galegos y La Pitaranha, en Portugal, o la Fontañera en la misma raya, auténtica frontera entre los dos países, a medida que caminemos iremos descubriendo  caminos de leyenda y nuevos elementos del turismo rural. Al fondo, Marvao vigila,

P4151100

 

El camino apenas conserva su molde original, viejas construcciones nos recuerdan que antaño, estas rutas soportaban un trasiego constante, un comercio al que no se le pudieron poner puertas

P4151102

 

Se conservan los viejos caminos, ascendemos por la pequeña sierra que nos lleva hasta la aldea fronteriza.

P4151105

 

Marvao, la villa, nido de águilas que llamó Saramago, se alza por encima, en lo alto de  la Serra do Sapoio

P4151106

 

La Fontañera, aldea fronteriza, la mitad se sitúa en tierras españolas, la otra mitad se asienta en Portugal. Aquí La Raya, no es más que un mojón de granito, las fronteras mentales están más que olvidadas. Su calle principal comienza en España y termina en Portugal. Son lugares que tienen historia. La de esta pedanía española, en la que apenas viven un puñado de vecinos, tiene mucho que ver con los tiempos del contrabando, de los pasos fronterizos cerrados a cal y canto, de la necesidad hecha virtud.

P4150123

 

Nos dirigimos ahora por los viejos caminos del paraje de El Canchal, por una zona de pequeñas ondulaciones.

P4151120

 

 

Viejos alcornoques guardan recuerdo de las escaramuzas, de la guerrilla de la supervivencia, del esfuerzo de mochileros que desafiaban al monte para seguir malviviendo

P4151131

 

Descendemos hacia La Jinhas por un camino más limpio bordeando pequeñas huertas y casas de recreo

P4151133

 

 

Durante algunos centenares de metros andamos por el Camino de Pitarancha, otro de esos senderos de frontera que comunican ambos paises

P4151139

 

 

Viejos alcornoques de considerable tamaño, siempre han vigilado el camino. Servían de escondite y de trampa

P4151140

 

 

Así llegamos a Pitaranha, aldea de apenas dos decenas de habitantes que, como las anteriores, creció al abrigo de contrabandistas e intermediarios. Al fondo las Peñas de Puerto Roque

P4151142

 

 

Ahora sí estamos en la frontera, desde el alto de Fuente Oscura se divisa la Campiña fronteriza. Tierras españolas, al fondo, la Sierra de San Pedro.

P4151148

 

 

Ahora caminamos por la misma frontera. Las señales de cada país se van sucediendo, a lo largo del camino, cada uno marca su territorio. Al fondo Puerto Roque y sus peñas

P4151155

 

En esta zona denominada casas de Fuente Oscura se ve perfectamente la frontera. A la derecha Portugal, a la izquierda tierras españolas, nosotros caminamos por la zona neutra entre ambos estados

P4151156

 

Ahora caminamos por tierras españolas en el paraje de el Planterío.

P4151166

 

Asoman, como fantasmas, los troncos secos de viejos árboles entre la maleza en esta zona degradada. Frente a nosotros el cortijo El Chumacero, donde se asienta la fábrica de agua embotellada Fuente Fría

P4151171

 

Nosotros seguimos caminando entre estos históricos caminos, abandonados, la maleza los invade poco a poco como si quisiese enterrarlos a la memoria histórica. Este paraje recibe el nombre de Vanda.

P4151175

 

 

Y de nuevo llegamos a La Fontañera por la parte española que nos recibe con esta fuente dedicada al patrón, que conserva el viejo lavadero de ropa.

P4151179

 

Ahora entramos por España, pero predomina el gusto por los colores portugués. Matrículas españolas, espíritu portugués, una singularidad que resumían a la perfección los compañeros del diario regional HOY

P4151180

 

Nosotros descendemos ya por la pequeña carretera que nos devuelve a Galegos y terminar la ruta, aunque no el paseo.

P4151187

 

A Luisa y a mí nos vence el alma portuguesa, su ‘saudade’ nos invade cada vez que pasamos la frontera y leemos el cartel de Bem-vidos (bienvenidos). El idioma portugués es música pura.

P4151196

 

El día ha de terminar en uno de nuestros rincones favoritos. Marvao.

P4151200

 

 

«Marvao se ve desde Castelo de Vide, pero desde Marvao se ve todo. Es verdad. Desde Marvao se ve la tierra casi toda: hacia un lado, España, y allí Valencia de Alcántara, San Vicente y Alburquerque…»  -Viaje a Portugal. José Saramago-

P4151202

 

 Villa medieval, callejuelas tortuosas donde cada esquina es arte, rincón tras rincón te enamoras de Marvao, nido de águilas.

P4151203

 

 

Abajo la fértil vega donde se sitúa la villa romana de Ammaia

P4151208

 

 

En la raya de Portugal, fortificada desde la Edad media, en los alrededores del Parque Natural da Serra de Sao Mamede, de excepcional belleza, los pequeños enclaves que formaban una frontera difícil, una defensa irrompible, de cerco inexpugnable, son ciudades que han dejado de reunir hoy la doble condición defensiva y fronteriza, pero que todavía conservan nombres tan sonoros y antiguos como Portalegre, Castelo de Vide, Povoa y Marvao.

P4151209

 

Abajo el pequeño pueblo de Portagem cruzado por el río Sever, afluente del Tajo, un lugar muy frecuentado por españoles por su variada restauración y por sus piscinas naturales en el cauce del río

P4151210

 

 

El castillo de Marvao, su aljibe, el museo, sus murallas o su patio, son una visita recomendable

P4151222

 

 

Marvão debe su nombre a Ibn Marwan al-Yil’liqui «El Gallego» , líder de un movimiento sufista del Al-Ándalus, que se alzó en armas contra los emires de Córdoba y creó el reino de Badajoz hasta la instauración del Califato de Córdoba. Ibn Marwan tenía refugio en el actual Castillo de Marvão.

P4151237

 

Termina el viaje, un paseo con aire portugués, un ramillete de sentimientos, una manojo de olores. En Extremadura sabemos mirar a Portugal, quienes hemos descubierto esta tierra amable y tranquila, buscamos la frontera muy a menudo. Portugal huele a Portugal, sabe a Portugal. Los años se van llenando de amigos que reencontramos cuando es menester.

P4150141

 

Andando Extremadura no tiene fronteras, Portugal ya no es frontera, para volver siempre hay una puerta en la que colocarse. La abre el corazón, la cierra la ignorancia.-

©vicentepozas2013

Subida al circo de Hoya Moros. El Calvitero y La Ceja. Gredos

P5262266

 La afición al senderismo tiene un paso más: la montaña. Cuando pruebas la experiencia de ascender a la cumbre, por lo general, repites. Coronar una cima de 2.500 metros te da la satisfacción de contemplar un paisaje abrumador. Gredos ofrece múltiples posibilidades para montañeros y senderistas. Es una excelente opción de viaje pues el Sistema Central y la Espacio Natural de Gredos son más que recomendables por paisaje y paisanaje. Esta ruta es una de las clásicas de la zona y una de las más bonitas porque te permite coronar dos cumbres: El Calvitero (2.397 metros) y La Ceja (2.428 metros), el pico más alto de la provincia de Salamanca y descender al circo glacial de Hoya Moros donde nace el río Cuerpo de Hombre que baña el Valle del Ambroz. 14,5 kms de dificultad media-alta y que se tardan casi 7 horas en completar. En la montaña, la distancia no se mide en kilómetros, si no en tiempo.

(Os dejo el Track para GPS realizado por José Luis Cabrera, que organizó la ruta)

El inicio se hace desde el aparcamiento de El Travieso, más arriba de la plataforma de Candelario, a 1.800 metros de altura, la ruta comienza con una visión amplia de la Sierra de Béjar.

P5262130

Y ya no te lo piensas, porque en cuanto arrancas a andar, comienza el ascenso y la parte más dura de la ruta con desniveles del 20%, así durante los 2,8 kms primeros.

P5262131

A medida que subes el paisaje se engrandece, si vuelves la vista atrás contemplas la sierra de Cabeza Gorda, Peña Caballera y el Picacho y pueblos de la comarca como Nvacarros, Vallejera de Riofrío o Palomares de Béjar

P5262133

Pero no te puedes parar, el ascenso lo hacemos entre los parajes de El Travieso y Hoya Mayor camino de la Cuerda del Calvitero

P5262136

Y sigues ascendiendo y aparecen Béjar y Candelario, desde aquí el aparcamiento parece muy lejano.

P5262143

Alcanzamos la sierra, la Cuerda del Calvitero por El Quemal, estamos a 2.300 metros de altura y, por fin, la pendiente se suaviza.

P5262154

Recorremos la cumbre durante un kilómetro buscando el pico más alto, aquí el aire sacude con fuerza, un viento frío, helador

P5262157

El paisaje se sigue descubriendo, aparece el embalse de Navamuño, a la izquierda el pico de La Muela y a la derecha Peña Negra

P5262127

Arriba aún hay nieve y nada mejor que retratarse con ella, aquí apenas 1 grado de temperatura, en Cáceres capital este día superaban los 20 grados

P5260006

Frente a nosotros todo el Parque Regional de la Sierra de Gredos y la Cuerda de los Asperones, debajo Las Lagunas del Trampal.

P5262163

Montañeros y senderistas nos rendimos al espectáculo, pasear por la cumbre, sobrecoge.

P5262166

Al fin llegamos a la parte más elevada de la cuerda del Calvitero, 2.397 metros, y hasta los cerros y montes se quedan pequeños, enfrente el Valle del Ambroz y la Sierra de Francia.

P5262174

Es difícil explicarlo, cuando estás arriba con el viento frío en la cara  y te paras a mirar a tu alrededor, tienes la sensación de ser mucho más pequeño, recorres el paisaje con la vista y disfrutas de un mapa real que te lo enseña todo.

P5262184

Es como enorme maqueta que se dibuja, diferente. Esta es una de las razones por las que coronas una montaña, para poder contarlo.

P5262189

Nos dirigimos ya al segundo ascenso, hasta el Canchal de la Ceja, a 2.401 metros, la elevación más alta de la provincia de Salamanca, todavía con restos de nieve

P5262193

Las elevaciones parecen suaves, es una montaña dentro de la montaña, a medida que te aproximas descubres que aún queda un buen trecho por subir.

P5260022

Sorprende lo pequeños que somos en un lugar tan grande, e inhóspito, en invierno estas cumbres deben ser peligrosas.

P5262207

Seguimos subiendo por la zona de Las Agujas hacia la cumbre más alta de todas

P5262212

 El Canchal de la Ceja, 2.428 metros de altitud, desde aquí la Sierra de Gredos parece un mar de montañas, mires donde mires, la vista se pierde en el horizonte.

P5262226

Ahora descenso hacia Hoya Moros por la loma de la Culebrilla, atentos a los pasos, la bajada es complicada.

P5262232

Delante de nosotros, Los Hermanitos, antes de descender al circo,

P5262234

Queda todo la bajada de la loma para llegar al circo glacial y disfrutar de sus dimensiones y su belleza

P5262238

Delante de nosotros, El Calvitero y la zona donde se encuentra la Cueva de Hoya Moros, abajo el Circo

P5262243

En la montaña aprendes que las bajadas, los descensos, son mas duros que la subida y en ocasiones más peligrosos, puedes salir rodando sin mucho esfuerzo

P5262246

Las dimensiones del Circo de Hoya Moros son inmensas, nosotros al lado de estas rocas de tamaño descomunal, somos apenas un punto

P5262249

Aquí en el circo glacial nace el río Cuerpo de Hombre, en estas cumbres comienza el recorrido de un curso que morirá en las aguas del río Alagón y luego en el Tajo.

P5262253

Aprovechamos para reponer fuerzas y disfrutar del paisaje magnifico que ofrece El Calvitero

P5260033

No se puede parar mucho, luego cuesta arrancar, y hay que hacerlo subiendo… otra vez

P5262259

El parque regional de Gredos y sus sierras, un territorio plagado de rutas, senderos y propuestas

P5262270

Desandando los pasos por la cuerda del Calvitero

P5262272

La parte dura de la ruta es el descenso por el Quemal hasta el punto de salida, 3 kilómetros de bajada

P5262279

Las rodillas tienen un duro trabajo por delante, acompañarse de bastón ayuda bastante

P5262284

El paisaje vuelve al verde, abandona el tono tierra, los colores helados de las cumbres donde sólo hay roca suelta, piedra rota a causa de los fríos y el viento de la montaña. Nosotros finalizamos la caminata, satisfechos y el recuerdo que te bajas de un camino único

P5262289

Gredos es un paraíso para el caminante, una vez que lo has probado quieres volver a pisarlo. La montaña, es el paso siguiente, la aventura de la naturaleza que comienza en senderos y veredas, termina aquí en la cumbre. Y merece la pena.

                                                                                                                ©vicentepozas2013

P5260012

Ruta por Carmonita. Sierra de la Lombriz

OLYMPUS DIGITAL CAMERA

(SI QUERÉIS VER BIEN LAS FOTOS, PINCHAD SOBRE ELLAS)

Track de la ruta

Esta vez nos trasladamos a la localidad pacense de Carmonita, la ruta de 22 kms, organizada por la Mancomunidad Lácara-Los Baldíos, recibe el nombre de Ruta de los Garbanzos porque termina con una deliciosa garbanzada que ofrece el equipo de Dinamización Deportiva de la Mancomunidad. Carmonita se sitúa en el triángulo entre Cáceres, Badajoz y Mérida, por tanto, es fácil encontrar alojamiento. El camino es precioso, transcurriendo entre dehesas agrestes de alcornoques y encinas, algunos ejemplares impresionantes. Pasamos junto al Dolmen de Carmonita, y seguimos ascendiendo para llegar al primer avituallamiento en la Sierra de la Lombriz, plagada de Jaras y eucaliptos, y disfrutaremos a lo largo de esta travesía de espectaculares vistas del Alcuéscar, Casas de Don Gomez, y todo el Valle del Lácara con los Embalses de Cordobilla de fondo. Así llegaremos al 2º punto de avituallamiento hasta el punto mas alto de la ruta, casi 800 metros, para seguir disfrutando de las vistas y descender finalmente por el balneario del Trampal.

 La ruta se inicia en la pequeña plaza de Carmonita, junto a una carpa instalada para la ocasión en la que somos agasajados con un café caliente y unas migas extremeñas para templar el cuerpo en una fría mañana de otoño.

PA200882

La niebla de la mañana quiere retirarse y deja, nada más salir, imágenes maravillosas de esta comarca extremeña, este es el Cerro de Quebrantahuesos, descubriéndose a nosotros.

PA200890

Partimos por el Camino de Aldea del Cano, junto al regato de San Blas. Una zona entre sembrados y dehesa; esta es la Dehesa de Carmonita, bellísima y bien conservada.

PA200891

Lo primero que nos encontramos en el camino es el Dolmen de Carmonita. Bien como sepulcro colectivo, o incluso posiblemente como marca del territorio donde habitaba un grupo indígena, si no mezcla de ambas funciones, el dolmen de Carmonita es un sencillo, bello y buen ejemplo de esta construcción de tipo megalítico elevada en medio del bosque mediterráneo.

PA200896

Junto al Arroyo de la Huerta y en las zonas más bajas, la lluvia caída los días antes ha dejado los caminos anegados y obliga al caminante a buscar el paso alternativo, aunque siempre hay valientes que desafían los charcos, protegidos por el calzado adecuado.

PA200899

Atravesando la Huerta del Cortijo del Corral la dehesa se despereza y se libra de la persistente niebla, dejando a nuestra paso una imagen deliciosa del bosque mediterráneo.

PA200216fb

Entre La Sierra y el Cerro de los Albercones persisten las nubes bajas y el frío de la mañana se pega a nosotros para alargar esta gélida mañana otoñal.

PA200911

La dehesa ha sido rota por las obras del futuro trazado del AVE que nos vemos obligados a cruzar, una herida en esta zona virgen que nos acompañará durante algunos kilómetros.

PA200212

Atravesamos el paraje de El Rosal donde encinas y alcornoques dan paso a algunos rayos de luz que dibujan el camino ancho, amplio y cómodo. No hemos comenzado el ascenso hacia la serranía de San Pedro

PA200918

Paseamos junto al Cerro de las Cañas por la Huerta del Rosal antes de iniciar un suave ascenso que se irán endureciendo poco a poco. A esta alturas las piernas ya están calientes y soportan los cambios del terreno. La lluvia de este otoño deja el campo listo para ser disfrutado.

PA200925

Estas mañanas de fuertes y sorprendentes contrastes son recomendables para que las fotografías dejen ese halo de misterio que siempre proporciona la niebla.

PA200932

El primer avituallamiento se realiza tras el primer ascenso, en la zona conocida como Puerto Viejo a 557 metros de altura, la niebla aquí es más densa, se agarra todavía.

PA200221

Ahora sí comienza el desnivel más duro de la ruta, la Sierra de La Lombriz. La organización ha previsto dos trazados, para los más preparados de casi 22 kms. y para quienes ya no quieran continuar la ascensión de 16, así evitarán las últimas pendientes a la zona más alta de la serranía.

PA200936

En este bosques de eucaliptos y jaras se cosecha miel, aunque el frío a esta hora mantenga a las obreras aletargadas, por suerte para nosotros.

PA200942

Más arriba en el Cerro del Canchal la densa nube nos impide disfrutar de las vistas de la dehesa y su entorno, pero esto tiene su magia, no hay mal que por bien no venga.

PA200946

Afortunadamente, y tras un par de kilómetros la niebla comienza a retirarse y nos descubre un paisaje regalado por la altura.

PA200958

A veces en el camino hay que sortear imprevistos, la caída de un árbol impide el paso y nos obliga, a los pocos que hemos decidido continuar el ascenso, a remontar el alud de tierra que bloquea el sendero. Nada que no se pueda hacer entre todos.

PA200985

Desde el Puerto del Trampal, se observa, o debería, la vecina comarca de Montánchez, hoy la niebla deja sólo esta imagen y entre las nubes sólo asoma la Sierra montanchega y  sus antenas.

PA200990

En frente, la niebla se ha retirado y la comarca de Lácara aparece así, a la izquierda el Balneario del Trampal, al fondo Carmonita, punto final de la ruta.

PA200995

Lo llaman el Valle Hondo, una zona que muere en las sierras de Aljucén y el Parque de Cornalvo a la izquierda. Extensas dehesas de uso ganadero mantienen el paisaje.

PA200998

Comenzamos el descenso por el llamado Puerto de Carmonita en una hondonada por donde corre, cuando hay agua, el río del Trampal de Carmonita.

PA201000

El descenso acusado por la ladera de Peña Parda nos adentra, de nuevo, en la dehesa que dejamos al encaramarnos a la sierra.

PA201004

De nuevo grandes alcornoques nos salen al paso, caminos anegados, tierra roja, en El Pajonal.

PA201007

Así llegamos a uno de los secretos de la zona, el Balneario Fuentes del Trampal, que aunque esté en tierras pacenses pertenece al término municipal de Montánchez, un lugar muy frecuentado por quienes buscan tranquilidad y un poco de reposo

PA201009

Por el camino de Alcuéscar, después de dejar pasar muchas fincas y pequeñas explotaciones agrícolas retornamos a Carmonita.

PA201014

Tiempo para volver la vista y observar la Sierra de la Lombriz, que ahora se antoja lejana pero que hemos disfrutado hace apenas una hora. Desandamos el camino con la vista.

PA201016

Entramos en Carmonita después de 22 kilómetros y cinco horas de camino, la ruta ha merecido la pena….

PA201017

… y el premio final también porque nos espera un exquisito plato de garbanzos del que damos cuenta sin demora. Termina la Ruta de los Garbanzos, ha sido la tercera edición. Los dinamizadores deportivos de la comarca Lácara- Los Baldíos trabajan para dar a conocer su territorio a base de rutas de senderismo en un programa que denominan 7 rutas 7 y que se extiende a lo largo del año.

PA200234phUna más, no van pocas pero quedan muchas. Esta vez hemos conocido una comarca, una localidad y sus sierras que siempre nos llaman desde la carretera cuando viajamos de Cáceres a Mérida, o viceversa. Merece la pena venir, otro lugar para recorrer, andando Extremadura.

©vicentepozas2012

Ruta Callejas de Valdeobispo

(SI QUERÉIS VER BIEN LAS FOTOS, PINCHAD SOBRE ELLAS)
            Descárgate el Track para GPS realizado por Jose Luis Cabrera
La Ruta por las Callejas de Valdeobispo es un magnifico ejemplo del desarrollo de la arquitectura rural que ha crecido y se ha desarrollado en Extremadura alrededor de la agricultura y la ganadería. Valdeobispo cuenta con una laberíntica red de callejas, callejuelas y vías pecuarias; el paseo por ellas es un verdadero placer. La ruta es muy sencilla, de apenas 10 kilómetros, pero muestra muchas de las esencias del Valle del Alagón, donde se asienta la localidad. Fértiles tierras gracias al río que envuelve el valle y a las muchas presas que riegan las tierras de labor, como el embalse de Valdeobispo de donde partimos. La ruta está señalizada y es fácil seguirla puesto que las callejas, y sus paredes de piedra, nos obligan a seguir el camino.
Partimos de la antigua residencia de que, a los pies del pantano, recibía a los mandos militares que acudían de descanso, desde allí sorteamos la pared de la presa e iniciamos el camino.
La ruta no está homologada, pero sí señalizada y es fácil seguirla. Jaras, retamas y algunas encimas y alcornoques nos acompañan en los primeros kilómetros.
Las callejas delimitan las lindes de piedra de fincas y prados, un laberinto de parcelas cuyo uso ya es testimonial pero que han creado un entramado de senderos que merece la pena visitar.

Nosotros, por el paraje denominado Rincón del Molino, entramos en la que llaman calleja del Barquillo

Eran caminos para que hombres y bestias se moviesen por los alrededores del pueblo a trabajar el campo, la escasa actividad de secano ya, hace que estos senderos sean comidos por la maleza; aunque suelen limpiarse, al menos la zona señalizada como sendero.

Atrás hemos dejado la presa en una tierra adehesada que muestra rubores de primavera por el cerrillo de Cabeza de la Gama

En ocasiones en camino se ensancha rodeado de robles que regalan su sombra

Llegamos al canal de riego, desde allí, ya liberado de la presa, observamos como el río Alagón se dirige a tierras caurienses.

El puente nos sirve para la foto de familia de la mañana, aquí está el grupo de senderismo Catelsa Cáceres. La Ruta está organizada por Guillermo García y terminará con parrillada.

Alguna solitaria explotación porcina hace la delicias de pequeños y grandes. Urbanitas.

Desde el camino que discurre paralelo al canal, se observa parte del Valle del Alagón

Dejamos el canal que cruzamos por una pequeña pasarela…

Así nos sumergimos, de nuevo, en el laberinto de callejuelas, donde la vegetación muestra sin reparos porque la zona es de tanto interés botánico y ornitológico.

Caprichosas formas parecen pavonearse ante la presencia de extraños

El paseo por este sendero de piedra es un regalo de sonidos y olores, sensaciones liberadas que parecen haber quedado petrificadas.

Llegamos a Valdeobispo por la calle de los Pipis. El pueblo data de los siglos XI-XIII durante la época de la repoblación leonesa, luego pasaría al señorío de Galisteo, hoy tiene apenas 700 habitantes.

La vida rural se compone de pequeños detalles, se dibuja con paciencia, es algo personal

Salimos del pueblo recorriendo parte de la Cañada Real Soriana, al fondo Gredos

Entre matorrales volvemos a las callejas en un paraje más despejado, cerrando el recorrido propuesto

Luego vuleve la dehesa, el bosque mediterráneo, restos de viejas glorias agrícolas

Y retornamos al pantano de Valdeobispo acontemplar las aguas mansas del Alagen esta presa que tanta riqueza trajo a las vegas alagonesas

Guillermo García, a la derecha, junto a Roberto, fue el organizador de la ruta por estos parajes que conoce perfectamente. Terminamos, como han de terminar las cosas, frente a unas buenas brasas para asar carne en compañía de los compañeros de ruta

Es un pequeño recorrido pero recomendable, un paseo por parte de esa hsitoria dibujada en paredes de piedras, callejas naturales que en su día fueron arterias principales de la economía local y que ahora quieren enseñar su encanto como senderos, recorridos rurales que, tras el paso de los años, han adquirido un valor cada más reconocible.-
©vicentepozas2012

Ruta de Isabel la Católica. De Cañamero a Guadalupe

(SI QUERÉIS VER BIEN LAS FOTOS, PINCHAD SOBRE ELLAS)

La ruta de Isabel la Católica es una de las clásicas de la comarca de Las Villuercas. Se trata de un trazado que parte de la localidad de Cañamero y finaliza en la Puebla de Guadalupe. 15 kms de dificultad media cuyo punto más alto se encuentra en el Castaño del Abuelo a 980 metros de altitud. En esta ocasión la organizaba el área de dinamización deportiva de la Mancomunidad Villuercas-Ibores-Jara. Un día soleado nos acompañó durante todo el camino. Iniciamos la marcha en Cañamero, donde la organización ofreció avituallamiento.
Salimos de Cañamero buscando la rivera del río Ruecas por una arboleda que nos protege en los primeros metros
Bordeamos la piscina natural del Ruecas que aquí conocen como el charco de la Nutria buscando la primera de las sorpresas

Se trata de la Cueva de la Chiquita, en la que podemos encontrar pinturas rupestres y abrigos del Neolítico, pinturas rupestres de la Edad del Bronce.

Volvemos sobre nuestros pasos y cruzamos por la presa de la piscina que se cierra en verano para disfrute de bañistas. Es un rincón muy frecuentado y bastante bien preparado.

Dejamos la pequeña depresión del río para iniciar el ascenso por un pequeño cerro de monte bajo hasta llegar al embalse del Cancho del Fresno

La subida nos ofrece una vista global de la Cueva de la Chiquita que acabamos de visitar

Al llegar al borde del embalse nos deleitamos con una panorámica de las Villuercas que nos acompañará durante buena parte de la ruta. Enfrente la Sierra de la Madrastra y la Sierra de Sancho

Tomamos entonces un camino ancho que bordea todo el pantano y que mantendremos durante un par de kilómetros.

No ha sido año de lluvias y eso se aprecia claramente en el nivel del agua. Se trata de un embalse 15 hm3 construido en 1987 usado para abastecimiento y riego.

Paseamos entre pinos bordeando el pantano por la zona del Martinete

Así abandonamos las aguas embalsadas para adentrarnos en el Collado del Ventosillo

Se trata de un paraje de jaras, brezos y monte bajo rodeado de sierras que nos deleita con una visión de 360º de unos de los muchos valles de la comarca de las Villercas.

Las Villuercas tiene esta magia especial, las ondulaciones de la cordillera de los Montes de Toledo que la han convertido en referencia mundial al recibir el título de Geoparque Villuercas Ibores Jara

El Collado del Ventosillo tiene sus propias leyendas como esta de la Cruz de Andrade que recuerda la muerte un caminante a manos de un bandolero en 1844

La Mancomunidad nos deleita en este punto con un suculento aperitivo, un pequeño receso antes de encarar la subida hacia el punto más alto de la ruta.

Toca ascender hasta la Sierra del Águila

Detrás de nosotros la Sierra de la Madrila y el Risco Viejo

Aún podemos ver parte del Embalse del Cancho del Fresno detrás de nosotros

Esta pedriza recibe el nombre del Melonar de los Frailes

Ascendemos por la zona de las Ventosillas entre pinares

El repecho se hace más duro a causa del calor a medida que ascendemos

Casi arriba la zona se despeja en este paraje que conocen como las Alberguillas. La ruta de Isabel La Católica no está homologada todavía, aunque ya está bastante señalizada

El camino se hace más ancho, en zonas despejadas con restos de algunos pinos que sobrevivieron al incendio que arrasó parte de Villuercas hace unos años

Restos de lo que debió ser un enorme y frondoso bosque que no sobrevivió al fuego. Al fondo se vislumbra el paraje que alberga otro de los puntos de interés y la cota más alta de la ruta, 980 m de altitud.

Así entre pinares, cerezos y robles se mantiene, vivo aunque no lo parezca, el Castaño del Abuelo, uno de los árboles singulares de Extremadura.

Cuenta la leyenda que los Reyes Católicos descansaron bajo su sombra tras la conquista de Granada, a duras penas mantiene aquella prestancia de siglos, pero se sostiene en pie a pesar de sus oquedades

Un tupido ejército de robles lo vigila y lo rodea justo en lo alto del Collado de la Era del Pico Agudo que dejaremos a la derecha

La Sierra de Guadalupe se deja ver al fondo antes de iniciar al descenso a la puebla de Guadalupe

Dejamos a nuestra derecha el Pico Agudo, 1092 m, al que en el siglo XIV llamaban Mojón de Maltravieso

Nosotros conducimos nuestros pasos entre una fragosa y tupida vegetación compuesta por robles, castaños y madroños; entre los huecos del bosque se pueden ver los valles del Infierno y Valdegracia, donde se encuentra el Palacio de Mirabel, construido en el s. XV para recreo de priores y monarcas

En el camino encontramos la peonía, la rosa de los montes

Nos sorprende el ruido del nido de un picapinos que descubrimos en el hueco de un árbol

Frente a nosotros el pico Villuercas, 1601 m

El descenso descubre Guadalupe a donde dirigimos nuestros pasos

Justo antes de cruzarnos con la ermita de Santa Catalina, s. XVI, en medio de una explanada que la convierte en un mirador excelente de la comarca de la Villuercas, justo en el cruce del camino de Miramontes

La puebla de Guadalupe y el monasterio ofrecen una panorámica magnifica a medida que nos aproximamos

Termina el descenso, afrontamos la última parte del camino antes de ascender hacia la puebla

La última parte del recorrido discurre por el que llaman camino de Vallehermoso para atravesar el puente de Cañamero y continuar por el antiguo camino de peregrinos

Nuestros pies nos llevan a la Fuente del Piojo, a refrescarnos la garganta antes de entrar en la villa

La silueta del monasterio es visible siempre

Las calles de Guadalupe ya nos protegen y los múltiples vendedores de miel, dulces y aceite se acercan a recibirnos

La ruta ha terminado, lo hacemos con una foto de familia en la Plaza de Santa María de Guadalupe en la escalinata del Monasterio. Quince kilómetros y medio después de salir de Cañamero hemos completado el trayecto.

Otro recuerdo queda frente al castaño del Abuelo ante el que dejamos nuestra imagen

Ha sido una manera de conocer de cerca la belleza de Las Villuercas, son muchos los caminos, de peregrinos o no, que abonan la comarca. Un agradable paseo para descubrir que junto a excelentes compañeros de ruta se descubren muchas más cosas de las que ves; escuchar es una práctica que hacemos pocas veces, pero que enseña bastante más que las guías, los libros o los mapas. La experiencia de quienes conocen el camino te denuestra que nuestra riqueza se revela andando Extremadura.-
©vicentepozas2012

Ruta de los Ingleses. Casas de Miravete a Romangordo

(SI QUERÉIS VER BIEN LAS FOTOS, PINCHAD SOBRE ELLAS)
Cada año, desde hace ocho, los Ayuntamientos de Casas de Miravete y Romangordo organizan la Ruta de los Ingleses, con la intención de dar a conocer la batalla de la Guerra de la Independencia que tuvo lugar el 19 de mayo de 1812, en la que los franceses fueron derrotados por tropas inglesas en Lugar Nuevo (Romangordo). La ruta no es difícil, recorre parajes muy diferentes: sierra, monte, dehesa. La Ruta está muy organizada y cuenta con todo tipo de detalles, incluída la recreación histórica de esta batalla. Para los dos pueblos es una fiesta y se prepara con mucho mimo. Un paseo por la sierra de Miravete y las estribaciones de Monfragüe que nos descubre rincones de gran belleza. Volveremos.
La cita es en Casas de Miravete donde la organización te reconforta con un desayuno, camiseta de recuerdo, y carnet de senderista, para llevarnos en autobús hasta el punto de partida, cerca del Túnel de Miravete.

En Casas de Miravete el saludo de la organización y el descubrimiento de una pequeña placa dan comienzo a los actos.

La idea, además de andar por los parajes de ambos pueblos, es realizar una ambientación del acontecimiento mediante una recreación completa de la batalla. De hecho, a lo largo del camino conoceremos parte de la historia a través de las narraciones y representaciones que ofrecen diversos personajes caracterizados de la época. Tras la foto de rigor, por supuesto…

La ruta consta de 16 kilómetros que corresponden al último tramo del recorrido que realizaron 3.500 soldados comandados por el general Hill desde la vertiente sur de la sierra de Miravete hasta el Fuerte de Napoleón de Lugar Nuevo, pasando por el collado de los Ingleses y Romangordo. La primera de la recreaciones tiene lugar antes de comenzar a andar.

La salida la iniciamos con los participantes pasando bajo los soldados que hacen los honores precisos tras las salvas.
Nosotros comenzamos la marcha dejando a un lado el Arroyo de La Mina que cruzaremos más tarde, y nos disponemos a recorrer la Dehesa de la Sierra del Frontal.
Recorremos los primeros metros agrupados convertidos en una lína multicolor, al fondo las estribaciones de Miravete.

Entramos en la la zona de La Lanchuela antes de acometer la subida a Miravete.

Coronamos la Sierra, apenas 738 metros que nos sitúan en el Collado de los Ingleses. Como relatan las crónicas: «Ingleses y portugueses, dirigidos por el General Hill, el 19 de mayo de 1812, atravesando la sierra de Miravete por el collado de los Ingleses y pasando por Romangordo llegaron a Lugar Nuevo, conquistaron esta posición y, como no querían mantenerse en ella, destrozaron todas sus instalaciones para que no pudieran ser nuevamente utilizadas por los franceses».

La Sierra muestra sus encantos, escondidos a la visión habitual que ofrece la carretera, descubrimos el Canchal de la Cierva
Descendemos para recorrer La Piñuela, situada en la zona más baja, atrás queda la Sierra de Miravete.
Transitamos por la Dehesa Boyal, entre callejuelas de piedra que conforman las lindes de las fincas

Miravete enseña sus roquedos, estamos en Monfragüe y queda constancia de ello

Atravesamos la autovía donde la organización ha situado un pequeño avituallamiento

Mientras buscamos el cauce del arroyo, transitamos por una zona de jaras, retamas y eucaliptos situada en un lugar llamado Calvario de la Piñuela
Es habitual en todo el recorrido, señalizado a conciencia, encontrar pequeños carteles que relatan parte de la historia y que recuerdan a los protagonistas de aquella hazaña que ahora recordamos andando por los escenarios de la misma, con propósitos bien diferentes, eso sí.

Antes de subir cruzamos la Garganta de la Canaleja y afrontamos el ascenso por una de las faldas de la Sierra de la Caldilla

Tomamos, al fin, el camino de la Canaleja que nos llevará hasta Romangordo, una subida suave y poco pronunciada
Desde el alto de Puertezuela, Casas de Miravete aparece dibujada, señalada por los pocos rayos de sol que se escapa en este día gris y lluvioso.

A lo largo del camino siguen apareciendo referencias a la historia en un día de paraguas abiertos

El camino tiene rincones bellos entre alcornoques, chopos y helechos que soportan la umbría de la sierra

Desde aquí se atisban las inmediaciones del Parque Nacional de Monfragüe, la dehesa extremeña, la diversidad de un paisaje a camino entre un lugar y otro
Así llegamos a la Aliseda antes de ser testigos de la primera de las recreaciones históricas
Es un camino tranquilo, que se hace en compañía, Luisa y Julia no desaprovechan su comodidad para charlar durante la ruta

Hasta que asomamos en Romangordo…

La primavera tardía de la dehesa se dibuja perfecta desde el Cerro de la Fuente.

Al llegar al pueblo nos topamos con el pilón, con la fuente y el abrevadero del ganado

Hasta los guardias que regulan los cruces de la carretera van ataviados para la ocasión, es curioso observar como los dos pueblos se implican en los actos.

En la plaza de Romangordo, se ha celebrado parada militar, una pequeña escaramuza
de soldados por las calles y los discursos de rigor. Un pequeño mercado medieval y el refrigerio para los senderistas nos ayudarán a afrontar los últimos kilómetros de la zona hasta Lugar Nuevo, donde se libró la batalla.
Abandonamos el pueblo de Romangordo que conserva parte de su encanto en un pueblo casi de sierra, casi de llano

La última etapa del camino se inicia en las afueras del pueblo… dejando atrás la cruz de las eras

Romangordo señaliza sus pertenencias para que el viajero las conozca

Y la ruta va siendo contada en estos pequeños paneles que nos acompañan desde el inicio, vamos a por el último tramo…

Esta tramo nos lleva por el camino que llaman Calleja de la Cumbre

La parada de Romangordo ha vuelto a agruparnos, camino del fuerte donde se librará la batalla

La dehesa de Macinto dibuja estampas muy extremeñas…

Prados escondidos por este paraje al que hay que llegar andando, puro Mediterráneo

Una alfombra de flores en el paraje de la Cagalana

Hasta que arriba en el fuerte se recuerda la historia de hace 200 años. Lugar Nuevo era un pequeño núcleo urbano con cuatro o cinco casas dedicado a la hostelería desde la segunda mitad del siglo XVIII en el término municipal de Romangordo, a orillas del Tajo y de la carretera nacional de Madrid a Lisboa.

Los franceses ocuparon esa posición durante la guerra de la Independencia y construyeron en dicha zona los Fuertes de Napoleón y Ragusa y un puente de barcas sobre el río Tajo en sustitución del destruido puente de piedra de Albalat.

El ejército inglés destrozó el fuerte para que aquí no quedase nadie tras conquistar este pequeño cerro

Esta es la historia que se recrea cada año para rememorar una batalla que cambió la historia, una representación que recorre el camino que llevó a las tropas hasta aquí.
Como consecuencia de esta brillante y audaz operación quedaron aislados los dos grandes ejércitos franceses, el del norte, dirigido por el mariscal Marmont, duque de Ragusa, y el del sur, comandado por el mariscal Soult y por este aislamiento de las fuerzas francesas, Wellington pudo plantear con éxito la batalla de Arapiles y acelerar la derrota definitiva de los franceses, primero en España y después en Europa mediante la célebre batalla de Waterloo.
Este es la historia relatada, es parte de la leyenda que hemos recorrido andando para rememorar lo sucedido en este rinconcito de la geografía extremeña, habilmente recordado por sus gentes que organizan una travesía maravillosa para que no olvidemos que nuestra historia está escrita a base de hechos aislados, pequeñas batallas que dan pie a grandes triunfos. Ahora el triunfo es de quienes recuperan la memoria de los hechos
La Ruta de los Ingleses termina con una paellada en un pequeño parque periurbano, una convivencia entre soldados, senderistas y vecinos para festejar el triunfo. Aunque en esta ocasión, y como dijo Felipe II, no mandé a mis naves a luchar contra los elementos; la lluvia silente del día se hizo intensa, atronadora y nos privó de la compañía de los habitantes de Romangordo y Casas de Miravete. Otra año será.
Porque Julia, Luisa, Juan Antonio y yo, hemos prometido volver a recordar el Camino de los Ingleses, el próximo año cuando se acerque el tiempo de la batalla, el humo de las bayonetas y el sonido de los tambores y cañones, volveremos a pisarlo…andando Extremadura.-
©vicentepozas2012

Ruta Dehesa de los Mogollones. Ermita de San Jorge. Cáceres

(SI QUERÉIS VER BIEN LAS FOTOS, PINCHAD SOBRE ELLAS)
De las muchas rutas que se pueden hacer por los alrededores de la ciudad de Cáceres, destaca una que, por su riqueza patrimonial y natural, es de las más completas y bonitas. La ruta de la Dehesa de los Mogollones, que nos llevará hasta el castillo fortaleza del mismo nombre, la ermita de San Jorge, un ejemplo del despropósito y abandono de nuestro rico patrimonio cultural, hasta el dolmen de la Hijadilla y finalmente hasta el río Salor y su puente y molino medievales. 12 kilómetros por una dehesa maravillosa, un paseo a través de la historia de Cáceres, la más desconocida.
La ruta se inicia a doce kilómetros de Cáceres, en la carretera de Badajoz, justo después de pasar el castillo de Las Seguras encontramos un desvío hacia el ecoparque, allí parte la vía pecuaria que seguiremos y que nos puede llevar, si nos apetece, hasta Los Barruecos en Malpartida de Cáceres. Dejamos el coche al pie de la carretera y la primera sorpresa no se hace esperar…
Una bandada de buitres leonados se alimenta cerca de allí y nos regalan su vuelo
Su silueta es reconocible desde lejos, son esquivos pero no parece inquietarles nuestra presencia
Las explotaciones ganaderas de la dehesa siempre dejan algún premio para estas aves carroñeras
Su olfato puede atraerlos desde kilómetros de distancia, no son los únicos, ni será la última vez que los veamos esta mañana.
Nos adentramos por este camino carretero, transitado por su cercanía a la ciudad de Cáceres, una paisaje de encinas jóvenes.
Desaparecen las encinas de repente y la silueta de la torre se dibuja rompiendo la línea del horizonte.
Este castillo, que vivió lances antiguos, apenas es una sombre de los que fue
El torreón de los Mogollones es lo único que resta de aquellos años de conquista, hoy soporta una gran colonia de aves diferentes
Según Publio Hurtado, en sus orígenes perteneció al viejo linaje de los Mogollones, una de aquellas familias con más raigambre en Cáceres y que también participaría en la reconquista de la ciudad en 1223.
El castillo, posiblemente de los siglos XIV y XV, dio nombre a la dehesa que perteneció al citado linaje y más tarde pasó a otras familias de la nobleza cacereña.
En la actualidad, la fortificación sobrevive milagrosamente; se halla en ruinas y no es sino un mínimo reflejo de la esbeltez, la belleza y la majestuosidad de una fortificación extraordinaria que raramente conserva algunas almenas y matacanes, un escudo postizo, gruesos muros y otros elementos constructivos que presagian la ruina total junta a un establo.

Es fácil imaginar lances y escaramuzas en esta fortaleza que se desmorona ante la desidia y el abandono…

 

…y que conserva detalles de un pasado más glorioso.
Justo enfrente descubres los restos de la ermita de San Jorge, estamos a punto de comprobar que no siempre el patrimonio y la historia se encuentran a buen recaudo. Lo que van a ver se encuentra al aire libre, lo que han hecho a esta obra sólo puede ser el resultado de la ignorancia y la estupidez.
Los restos de esta ermita se mantienen a duras penas, se cree que su fundación y culto fue de origen privado y debió estar dedicada a San Jorge; sus orígenes datan de los S.XIV y XV, aunque su construcción se culminó en siglos posteriores.
Su estado actual es lamentable y se levanta frente a un pequeño estanque que parece ser artificial y posterior a la construcción de la ermita.
                    
Se conservan relativamente cubiertos lo que fueron el coro, la capilla y la sacristía.
Merece la pena observar las pinturas murales conservadas milagrosamente en su interior que cubren la casi totalidad de los muros. Son de temática religiosa, sin gran calidad técnica, pero si de bello colorido, y representan escenas bíblicas y de la vida de Cristo
Fueron pintadas por un tal Juan de Rivera en 1565, como consta en una inscripción del mural.
El evidente deterioro duele tanto que te gustaría llevártela y protegerla de inclemencias e ignorantes
Es imposible entender que los responsables del patrimonio, capaces de ponerte mil trabas, ante cualquier reforma, construcción o mejora sean capaces de mirar para otro lado ante esta muestra de arte religioso
Nos alejamos de este cojunto arqueológico, monumental, que dan idea de que ese Cáceres señorial, de grandes familias, no se limitaba a las murallas de su ciudad, una historia dañada que a nadie parece importar

Continuamos por una calleja que desemboca en el caserío de Mudaelpelo, cuya actividad ganadera es evidente.

Los ganaderos se afanan en agrupar al ganado que ha pasado la mañana en la dehesa

La dehesa se hace más densa y esconde otro tesoro. El Dolmen de la Hijadilla. Es un monumento megalítico destinado a enterramientos colectivos.

Está constituido por una cámara funeraria casi circular construida con grandes piedras dispuestas verticalmente (ortostatos) que soportan losas horizontales, que le sirven de cubierta, y un pasillo de acceso o corredor, levantado también con lajas de granito, que desemboca en la cámara. En su origen todo el monumento estaba cubierto con tierra formando un túmulo. Pueda datar desde finales del Neolítico (IV milenio) a la Edad del Bronce (II milenio).

Atrás dejamos la prehistoria, encima la actividad de los buitres es más que evidente

La dehesa limpia se dibuja ante nosotros, el camino está señalizado desde el inicio

Majestuosa figura, vuelo perfecto, más de dos metros de envergadura que hacen que busque las corrientes térmicas para facilitar el ascenso. Sus alas parecen tener dedos.

Llegamos a los restos de un molino medieval junto al río Salor.

El puente, el molino y el azud, de época medieval, han sido reconstruidos varias veces como consecuencia de las riadas.

Es este río se observan muy bien las rocas que constituyen el sustrato de la zona: pizarras oscuras, cristalinas y muy duras, originadas por un metamorfismo de contacto (gran calentamiento) debido a la intrusión del magma que originó los granitos de los alrededores.

Se conserva una inscripción en la pared del molino dónde consta la fecha de la última restauración (1862), siendo apoderado D. José Calzado Pedrilla.

Una pequeña presa hace que el Salor recupere algo de su figura, más abajo su caudal es casi testimonial

En los márgenes existen árboles tópicos del bosque de ribera como fresnos, chopos, sauces y mimbreras.

Volvemos sobre nuestros pasos, siguiendo las señales que nos han guiado

La eterna cigüeña se ha apoderado de todo, vive en esta dehesa, a sus anchas.

El castillo nos ha esperado mientras el cielo se cierra por momentos, amenaza con mojarnos

Las nubes dibujan luces y sombras, un escenario de colores que nos recuredan lo que hemos visto

Paleta de colores, tierra, dehesa, armonía, compañía, viento y despedida

Nosotros nos marchamos, Luisa inmortalizó el momento que demuestra que para obtener la foto que buscas, vale todo. Es apenas un momento, pero la imagen es inmortal. San Jorge, patrón de la dehesa, nos despide desde la Torre de los Mogollones

Las rutas desde Cáceres, incluida esta, os las podéis descargar aquí:
Nosotros volveremos sobre nuestrs pasos, andando Extremadura.
©vicentepozas2012

Ruta por la Dehesa de Talaván. Río Tajo

              (SI QUERÉIS VER BIEN LAS FOTOS, PINCHAD SOBRE ELLAS)                        Descárgate el Track para GPS realizado por Jose Luis Cabrera

Con el Club de Senderismo Catelsa recorremos una de las dehesas más bonitas de Extremadura «La Dehesa de las Quebradas» en Talaván, un trayecto que nos llevará hasta las estribaciones del Tajo. Dice el refrán que «en Talaván, si barruntas bulla, o talavaniegos o grullas», pues son muchas las que eligen estas dehesas para alimentarse en otoño e invierno. Talaván es una de las cuatro localidades que forman parte de los denominados Cuatro Lugares, junto Monroy, Hinojal y Santiago del Campo. 16 kms de dificultad baja pero de paisajes amplios y singulares.
La ruta comienza con un desayuno en la casa de Dioni, la madre de nuestra compañera Alicia, que tuvo la deferencia de agasajarnos con los dulces que ella mismo prepara, un excelente tentempié para coger fuerzas.

Nuestro recorrido se inicia a dos kilómetros escasos de Talaván en el Cerro de Las Arenosas

Cruzamos la carretera para coger la llamada Colada de Torrejón el Rubio, un sendero amplio y muy transitado.

Tomamos a la izquierda el Camino de la Breña para bordear la finca en la que se plantan especies autóctonas, en una zona que llaman Quiebracántaros, una elevación desde donde las vistas de la enorme dehesa de Talavan son un regalo, al fondo Casas de Millán.

Desde esta pequeña elevación en la zona de Vajundillo se contempla toda la Dehesa de Las Quebradas, más humanizada al comienzo, bosque mediterráneo más allá donde oculta el río Tajo. Al fondo se dibujan Cañaveral, a la izquierda y Casas de Millán a la derecha.


Descendemos hacia la dehesa y nos disponemos a tomar el Camino de Torrejón

En este sendero, usado para acceder a fincas y parcelas, la mano humana está presente en los campos.

Un camino rural que conserva su estructura original flanqueado por paredes de piedra que le dan un regusto especial

La dehesa tiene vida propia, ajena a nuestra presencia.

Y llegamos a Talaván por la parte este para continuar camino sin entrar en el pueblo

Dejamos Talaván por el camino de la Barca que en la época medieval fue muy importante y está ligado a la antigua Ermita de Nuestra Señora del Río, patrona de Talaván, que quedó anegada por el pantano de Alcántara a finales de los 60. Su historia es singular pues al situarse en la margen derecha del Tajo y carecer de puentes, se estableció un pequeño embarcadero para cruzar el río; barcas y barqueros propiedad del Obispo de Plasencia. De ahí el nombre del camino, y era harto rentable pues hacía posible la ruta de la Vereda Real de Castilla, en el tramo Cáceres-Plasencia. La nueva ermita se construyó a orillas del Tajo en 1971.

Dejamos el Camino de la Barca para entrar en la Era del Campillo.

Cruzamos sin dificultad este pequeño arroyo dentro de la finca Gorrones Blancos

Y nos dirijimos por la dehesa a rozar el pueblo por su parte sur.

A nuestro lado la actividad ganadera continua con normalidad.

Nosotros seguimos camino, a mitad de la ruta la dehesa se va cerrando y su uso como coto de caza es evidente

Por los Cerros de La Pedrera nos vamos acercando al río Tajo.

Definitivamente la dehesa es ya bosque mediterráneo y las jaras y el sotobosque hacen de esta zona un lugar idóneo para jabalíes y ciervos

Esta dehesa fantástica e inmensa es la zona del preparque de Monfragüe, de hecho al fondo se sitúa el Salto del Gitano, en primer plano la cuenca del Tajo con el nivel de agua muy bajo

El Tajo embalsado por el Pantano de Alcántara llega hasta aquí, casi a noventa kilómetros de la presa.

Es una zona áspera, pizarrosa, nos llevará hasta el río recorriendo en parte el que llaman Camino de la Aceña

Así llegamos a las estribaciones del río, un Tajo manso y domado desde que, a finales de los sesenta, Jose María Oriol contruyese el Embalse de Alcántara para dar electricidad a ciudades como Madrid o parte de Portugal.

Tras un pequeño descanso y un refrigerio volvemos sobre nuestros pies buscando el pueblo de Talaván.

Tras de nosotros queda el Tajo que trae sus aguas de Monfragüe, oculto por jaras, brezos y retamas

Vuelta hacia la dehesa, paisaje extremeño al que se acostumbran nuestros ojos, encinas que hacen esquinas en caminos bien dibujados

Poco a poco nos acercamos a Talaván, la ruta está finalizando, aunque nosotros debemos volver a donde partimos

Encaramos la subida al Cerro del Calvario, donde está la Ermita de la Soledad

Es la parte más dura de la ruta, se hace más dificil a esta hora del mediodía y tras 14 kms en los pies, pero es corta… y no hay prisa

Desde arriba, en la parte alta del Cerro, el zoom de la cámara nos permite ver el Salto del Gitano en pleno Parque de Monfragüe

Abajo Talaván, guardián de la Dehesa, tranquilo y soleado

Nosotros salimos de la parte nueva de localidad hacia el Cerro de Las Arenosas, de nuevo.

El camino de la Lucía mos avisa del fin de la Ruta

Justo al dejarlo a la izquierda entramos en este cerro donde la casa de Dioni nos espera, ella ha hecho la ruta con nosotros…

Pero unos cuantos disfrutamos, de nuevo, de su hospitalidad y comentamos el camino en la comodidad de este porche y de su compañía. 16,5 kms marcaban los GPS. Un día que amaneció frío y terminó templado.
Ha sido una ruta fantástica que comenzó por la mañana observando bandadas de grullas que se apostaban en la dehesa, alrededor de charcas y encinas. Talaván guarda una dehesa que merece ser conocida, pero esto es sólo posible si se hace… Andando Extremadura

©vicentepozas.Marzo2012

Ruta Puente romano de Alcántara

(SI QUERÉIS VER BIEN LAS FOTOS, PINCHAD SOBRE ELLAS)Vamos a hacer una ruta clásica, la del Puente romano de Alcántara, que comienza y finaliza en este coloso romano, todavía en uso y que nos llevará por algunos pasajes fronterizos de gran belleza y comprobable diversidad. 17 kms con algunos desniveles no muy pronunciados y con algunas sorpresas, como la compañía de buen número de ponis que recuerdan a los asturcones del norte. La Ruta, desde que se constituyó el Parque Natural del Tajo Internacional, está muy bien señalizada, y permite conectar con otras o visitar menhires y canteras. Como es habitual con el grupo de senderismo de Catelsa Cáceres. Iniciamos la caminata, saludando de mañana al Covento de las Comendadoras, en fase de reconstrucción.
Salimos de Alcántara, Conjunto histórico Artístico, por una de las puertas de la ciudad pisando parte de la antigua calzada romana.

Mientras descendemos hacia las aguas del Tajo, el Puente de Alcántara avisa de su presencia


Pasamos por el templo romano que vigila el Puente, un lugar de ofrendas en tiempos de dioses y supersticiones que hoy no es más que un monumento junto a otro mayor. Cruzamos el puente camino del comienzo de la ruta

Un panel informa del recorrido y nos avanza aquellos lugares que pisaremos antes de regresar al mismo lugar, 17 kilómetros más tarde


Comenzamos por la senda que hay junto al río, donde la actividad humana es todavía patente

Paralelos al cauce del Tajo nos vamos encontrando con restos de antiguos embarcaderos, fuentes, como la de Los Perros o Fuente Santa justo en la orilla de enfrente

El cauce del río discurre ahora más libre hasta que se tope con la presa de Cedillo y vierta sus aguas a Portugal. Justo en el lugar donde el Tajo se convierte en frontera natural, la raya del agua entre Extremadura y el Alentejo. Esta zona es conocida como El Muelle.


Dejamos el río a la espalda para encaminar nuestros pasos hacia la Vereda de la Loba, mientras buscamos el Regato de los Remolinos

Aquí comienzan a aparecer los primeros grupos de ponis que deambulan libremente por estas sierras

Ascendemos por estos parajes pizarrosos del Ejido del Vicario, una zona recuperada con puentes y pasarelas

Ascendemos cerca de la Fuente del Tío Melitón y la altura nos permite descrubrirnos en el paisaje


A lo lejos, Alcántara, esperará paciente nuestro regreso.

Así llegamos a estas lomas onduladas que llaman la Cerca de la Liebre, al fondo la Casa del Vicario


Entramos en la Cerca del Chaparral y sustituimos las zonas más abiertas por la dehesa

Por esta vereda ya vemos Estorninos, el que durante muchos años fue un pueblo y que ahora es un barrio de Alcántara, un refugio fronterizo en tiempos de contrabando

Aquí las gentes se aprestan a iniciar la conversación y explicarte el camino. No hay prisas, nosotros caminantes nos convertimos en minutos de compañía que les sacan de la rutina, queda inmortalizado el instante.

En Estorninos la señalización, situada en los cruces, ayuda a no perderse

En Estorninos hacemos una pequeña parada para reporner fuerzas, damos cuenta de nuestras viandas junto a la Iglesia de Santiago


Seguimos avanzando guiados por los postes que marcan el sendero, mientras caminamos junto a las ruinas de la ermita del Humilladero y por la ruta del Menhir del Cabezo, junto a la cerca del Tío Benigno

Tras dejar atrás la Cañada del Cabezo transitamos por un tramo de la ruta que transcurre por la Cañada Real de Gata

Así regresamos al lugar de partida, desembocando en la EX 207, la carretera que lleva a tierras portuguesas. El puente de Alcántara vuelve a saludarnos

Así esta obra magnifica de seis arcos reconstruida en diferentes momentos de la historia debido a las guerras, ha grabado en piedra parte de su biografía, como la de su maestro: «Yo, Cayo Julio Lacer, maestro constructor de lo que hoy llamáis, el Puente de Alcántara, y en el que mis cenizas, esperando que la tierra me fuera leve, fueron entregadas al Templo que hice construir para el culto y veneración de los dioses y del César» y en el que su Emperador Trajano órdenó grabar también: PONTEM PERPETUI MANSVRVM IN SECULA MVNDI: El puente que permanecerá en pie por los siglos del mundo.

Ascendemos de nuevo hacia la muralla alcantarina, embaucados y sobrecogidos por la historia.


Yo, encantado, porque algunos compañeros de viaje se dan la vuelta y deciden inmortalizarme, esta foto es de Juan Antonio.

Guardando la entrada, los más pequeños nos esperan, ahí donde los véis también han completado la ruta. Entramos en Alcántara

Nosotros terminamos aquí, dentro de la localidad, al abrigo de esta pequeña iglesia, la de San Pedro. Satisfechos porque merece la pena este camino lleno de historia y de historias.

Se pueden hacer muchas rutas y visitas en la comarca, aquí encontraréis un ramillete de ellas: http://rutastajointernacional.com/ en esta lanza con la que Extremadura hunde el costado luso; ahora, afortunadamente, compartimos un territorio único, bello, desconocido y emocionante. Una tierra elegida por el hombre desde los albores de la historia, que buscaban el favor de un río sagrado que, aunque nos pese, separa a españoles y portugués, hoy, es verdad, el parque es bandera, nexo de unión en la soñada Iberia de Saramago, un lugar donde, qué paradoja, el Tajo/tejo, es la última frontera natural de Europa.

Un lugar que nosotros disfrutamos… Andando Extremadura.-

©vicentepozas.febrero2012

Ruta de las Juderías. Del Jerte al Ambroz

             (SI QUERÉIS VER BIEN LAS FOTOS, PINCHAD SOBRE ELLAS)

Descárgate el Track para GPS realizado por Jose Luis Cabrera

Hoy nuestros pies nos llevan a hacer la Ruta de las Juderías con el grupo de senderismo Catelsa Cáceres.
El Puerto de Honduras siempre ha sido eso, un lugar de tránsito, un punto intermedio que unía los pueblos, que facilitaba el movimiento de mercancías, en tiempos, no tan lejanos no crean, en los que la palabra carretera no figuraba en el diccionario. Bestias y caminos eran moneda de cambio, y las cosas había que llevarlas; las distancias, esto es un axioma en la montaña, no se medían en kilómetros sino en tiempo. Hoy estos caminos se han recuperado para un uso deportivo, de ocio y se han integrado a las redes de Senderos Locales, o Grandes Rutas y quienes los recorren son, simplemente, caminantes, senderistas o montañeros. Y este camino, denominado Ruta de las Juderías o de los Carboneros es un recorrido con historia, un trayecto de media montaña que hoy se patea por placer, pero que hace no tantos años era una cuestión de supervivencia.

La Ruta de las Juderías es un sendero que une la localidad jerteña de Cabezuela del Valle con la de Gargantilla en el Ambroz atravesando la sierra de Gredos por el Puerto de Honduras. Un cordel que aúna tres culturas: la judía, visible en Cabezuela y en Hervás, en sus recuperados barrios judíos, y puesto que los judíos fueron un pueblo dedicado al comercio, potenciaron esta ruta arriera; la cultura árabe, patente en la agricultura de bancales, terrazas visibles en las laderas del Jerte y la cristiana, que hizo suyo lo mejor de cada una de ellas.

La Ruta de las Juderías coincide al comienzo con el sendero local llamado CC 22 y en su totalidad con parte del GR 10, uno de los grandes recorridos nacionales y europeos que conectan el Mediterráneo con el Atlántico, la localidad valenciana de Puzol con Lisboa y que atraviesa dos países.

Nuestro tramo comienza en Cabezuela del Valle, en el camino de los Callejones, por una zona de huertas en bancales plagadas de cerezos.

Un camino que nos irá enseñando el Valle del Jerte a medida que vayamos ascendiendo.

Un valle del Jerte que cuida sus bancales de cerezos que serán una fiesta en primavera

El desnivel es de algo más de 900 metros, pues comenzaremos a unos 550 m de altitud a los pies del Jerte, para ascender a los 1.430 en lo alto de los Montes de Traslasierra.

Así nos adentramos por parajes como el de Las Tejás

O Las Majadillas

Quenos llevan hasta una pista forestal que recorreremos unos metros

La abandonamos para empezar a subir junto a la garganta de Honduras, por un camino con fuerte pendiente.

Un sendero que nos adentra en el bosque

Y que nos muestra arriba la cascada de Honduras, el Chorro

Un sendero que se hace duro por momentos y que de repente da un respiro para que podamos coger fuerzas, estamos en el alto de San Salvador

Se suaviza la pendiente bajando hacia otra garganta…

…el agua nos avisa

Mientras vamos encaminando nuestros pasos entre robles

Hasta que llegamos hasta el puente de Gargantahonda en la Garganta de Tejada

Comenzamos a ganar altura a la sombra de grandes robles y alisos.

Y nos acercamos de nuevo a las aguas de la garganta en una zona rica y húmeda

Descubres su riqueza, cuando casi la pisas, como este ejemplar de amanita muscaria

Buscamos el lugar más idóneo para atravesar las aguas de Gargantahonda

Ascendemos antes de alcanzar lo que llaman el Chorro

El Jerte ahora desde Gargantahonda

El Chorro cayendo al vació nos sirve para coger fuerzas de nuevo, aún quedan kilómetros de ascenso

Un pequeño descanso que nos permite contemplar la belleza de las laderas jerteñas

Y encaramos el último ascenso, las fuerzas más mermadas y la parada hacen que esta última parte sea interminable

Al llegar a lo alto de la pequeña loma y después de cruzar el valle de Gargantahonda, divisaremos las ruinas de la casa de la fuente del espino. Pasaremos por delante de la casa del espino.

Así por este paisaje de montaña terminamos las ascensión

Hemos llegado al Puerto de Honduras. Hasta aquí hemos recorrido unos 9 kms, al abrigo del refugio encontramos un lugar para el descanso y para contemplar los valles del Jerte y del Ambroz

El Puerto de Honduras es uno de esos lugares al que nos acabamos familiarizando a fuerza de oírlo repetido en los informativos de la televisión, es junto, con el Puerto de Piornal, un punto cerrado al tránsito de vehículos en cuanto la nieve hace acto de presencia en las cumbres de Gredos. Y ahí está el Puerto de Honduras, nexo de unión de dos valles, el Jerte y el Ambroz, a 1.430 metros de altura, coronado por un pequeño refugio, ahora restaurado, un lugar para mirar, no para quedarse, porque en esta cresta, cuando no sopla viento del oeste, lo hace del norte.

En días despejados, mirando hacia el Ambroz, podemos divisar la sierra de las Batuecas en Salamanca, donde sobresale la peña de Francia (1.723 m), antes se dibujan las Hurdes, Gata, el embalse de Gabriel y Galán, y muchos de los pueblos del Ambroz, Gargantilla, nuestro destino, se contempla en primer plano y tras ella, Aldeanueva del Camino y Abadía.

Recuperadas las fuerzas comenzaremos la bajada en zig zag por calzadas de piedra hasta el viejo camino de los carboneros, en referencia a que fue utilizado para traer carbón vegetal a las tierras del Ambroz desde las del Jerte.

Se descubren Gargantilla y Aldanueva del Camino y el inmenso Ambroz

Seguimos bajando por la garganta de Honduras o de la Buitrera, por un camino muy cortado, el de los carboneros

Atravesamos la Garganta, no muy brava, casi no ha llovido

Pero no por eso menos bella, embaucadora

Guillermo, alegría del grupo, demuestra sus dotes, salió seco.

Vamos bajando por un camino difícil que se va poblando de árboles

Llegamos al paraje de Las Quebradas, la tierra ya se llena de cerezos, muy comunes en esta zona
Entramos a Gargantilla por fincas de cerezos muy habituales en este lado de Gredos, aunque la Denominación de Origen y por tanto la fama, la tenga el Valle del Jerte; accedemos por una magnífica piscina natural que recoge el agua de las tres gargantas que irán a parar al río Ambroz, después de atravesar la localidad. Gargantilla tiene rincones de preciosa arquitectura popular, como el barrio Perché con sus balcones salientes de madera y paredes recubiertas de tejas para protegerlas de las abundantes lluvias de un pueblo pegado a la montaña.

Sorprenden muchas cosas en este corto viaje, ante todo la dureza de un trayecto que debió utilizarse con mucha frecuencia para evitar el aislamiento de pueblos y comarcas; la osadía de quienes debían recorrerlo cargados de carbón, alimentos, prendas o enseres necesarios. Recuerda que la vida rural que ahora se nos antoja tan bucólica a nosotros, urbanitas que nos regodeamos en conocer sus senderos, era supervivencia, ingenio, tesón, astucia y obligación sin remedio.

Hoy toda esta historia, esta particular forma de vida es un reclamo: lo duros otoños ya son mágicos y visitables, la recolección de los cerezos es una fiesta y los caminos, una atracción para el viajero que busca, en la rutina de la ruralidad, una vía de escape a la presión del asfalto, de la aglomeración y del ruido, a la obsesión de la ciudad. Andar, como todo, es fácil, es cuestión de ponerse. Nosotros volveremos a hacerlo, Andando Extremadura.
©vicentepozas.febrero2012

I Ruta Solidaria. Cáceres

(SI QUERÉIS VER BIEN LAS FOTOS, PINCHAD SOBRE ELLAS)

El Club de Senderismo La Vereína de Cáceres, organizó la I Ruta Solidaria por los alrededores de la Sierra de la Mosca en la capital cacereña, se trata de un recorrido circular que comienza en la solana de La Montaña y que termina por la umbría y las Minas de Valdeflores, unos 11 kms. Es una ruta que ya he contado en este blog y que podéis ver en este enlace:

http://andandoextremadura.blogspot.com/2011/06/ruta-por-los-alrededores-de-caceres-la.html

Aún así, la propuesta merecía la pena y nos animamos a acompañar a La Vereína, ellos sólo pedían una pequeña cuota de inscripción que se destinaría, íntegramente, a ONGs y grupos que ayudan a colectivos necesitados. Además, recién comenzado enero, era una tentación para quienes llevábamos más de 15 días sin andar y habíamos soportado las fiestas navideñas.

Más de 400 personas respondieron a la llamada de este grupo de senderismo y así, tras un desayuno de bienvenida, iniciamos la marcha por la Charca del Marco camino del Portanchito

Es un camino que discurre por la Solana Baja de La Montaña y que asciende poco a poco dejando ver la ciudad al fondo


Un sendero que ha sido cementado en muchos tramos para facilitar el acceso a las múltiples casas de recreo que salpican la zona, aunque nos hayan dicho que se trata de facilitar la entrada de vehículos de servicio, como los bomberos.

Para quien no conoce la zona, sorprende que, muy cerquita de la ciudad, hay zonas de bosque mediterráneo casi en estado puro, son dehesas abandonadas y pobladas ya de matorral

La ruta estaba bastante bien organizada y tras el tramo de subida al Portanchito estaba Cruz Roja por si alguno necesitaba ayuda; no hizo falta, todo el mundo disfrutaba del paseo y el tramo más duro ya estaba superado

Hasta aquí alcanza la vista del Cerro del Milano y sus alrededores

Es el momento para el refrigerio que la organización ofreció a los participantes en las ruinas del antiguo hospital de tuberculosos

Tras reponer fuerzas encaramos la umbría de la sierra y nos dirigimos hacia las Minas de Valdeflores

Ya todo es bajada hasta entrar en Cáceres por la zona de Fuente Rocha y la Calle de la Concordia.

En fin, un apetecible paseo para una mañana de sábado, la propuesta solidaria del Club de Senderismo La Vereína fue más que agradable. Imagino que, tras el éxito de convocatoria, se verán obligados a organizar la segunda edición.
©vicentepozas.enero2012

Ruta de La Garganta a Hervás. El Cordel del Berrocal

(SI QUERÉIS VER BIEN LAS FOTOS, PINCHAS SOBRE ELLAS)Tocados por la belleza del Ambroz en otoño hemos realizado otra de las rutas senderistas que el grupo de desarrollo local, DIVA, organiza con motivo del Otoño Mágico en el Valle del Ambroz, arropadas bajo la denominación, acertada, de Paisaje y Paisanaje. Una fiesta que ya es de Interés Turístico Regional. En esta ocasión recorremos el Cordel del Berrocal, una antigua ruta ganadera, y subimos a uno de los miradores naturales del Valle, el Monte del Picuruju (o Picurujo). Apenas 11 kms de deliciosas vistas que nos llevarán desde la localidad de La Garganta hasta Hervás. Y aquí comenzamos, en La Garganta…

Este pequeño pueblo de montaña está metido entre bosques y sus calles se asoman a ellos.

Abandonamos el pueblo andando apenas unos metros por la carretera que lleva hasta Hervás y Candelario.
Y tomamos a la derecha por el que conocen como el camino del Lomo, en un instante el bosque nos rodea


Atrás queda La Garganta nosotros ascendemos despacio buscando el Cordel

El Otoño aquí arriba está lleno de tonos a pesar del día plomizo. Discurrimos por el paraje que se denomina El Molino

Este camino fue, años atrás, el utilizado en el pueblo para bajar hasta Hervás y conectar con la ruta transhumante
Una calzada de piedra, bien conservada, se oyen tus pasos en el silencio del camino

Un paisaje que el hombre ha convertido en paisanaje, salpicándolo de construcciones

Más arriba el bosque de mezcla con el matorral de montaña. Este paraje recibe el nombre de El Lomo
Y por él desembocamos en el Cordel del Berrocal, a la altura de Majalalosa. Esta antigua ruta trashumante de ganado forma parte de lo que llamaban el Camino de los Paporros y que comunicaba con las grandes cañadas reales que atraviesan el Valle

Dirigimos nuestros pasos por el Paraje de las Cabezuelas hacia el Pico del Picuruju, mirador natural del Ambroz.
A medida que ascendemos el Valle descubre su magia, la que le otorga el natural otoño


Los árboles amarillean en noviembre, creando esta imagen tan singular

El camino en desuso ha sido invadido por retamas, hay que sortearlas intentando no perderse
Tocamos apenas el Pico del Picuruju de 1.178 m de altura para disfrutar desde su atalaya


Abajo queda el bosque con su gama de otoños

Asoma Hervás descansando sobre las orillas del Ambroz.

Y Aldeanueva del Camino y el gran valle

Nosotros reagrupamos impresionados contemplando abajo el Embalse de Baños
Siguiendo el Cordel, apenas dibujado ya, descendemos por los parajes del Pucherito y la Pellereja

Hasta tocar la antigua Vía férrea de la Plata que dejó de funcionar en diciembre de 1985 y que arrebató a Extremadura el único transporte público que nos comunicaba con Castilla y el Norte peninsular

El Valle quiere despertar por segundos de este día de otoño

La sierras de Gredos albergan las primeras nieves en este paisaje robado

Nosotros seguimos la vía del tren que facilita el camino
25 años de desuso deterioran la infraestructura que sorprende con sus carteles y construcciones oxidadas

Así llegamos a la curva de Romañazos mientras atravesamos el río del Valle

Los prados aquí abajo componen su propio paisaje, es por esto que el otoño aquí es un reclamo turístico

La imagen estilizada de los chopos que parecen querer saltar del suelo

Luisa, paciente, me espera mientras voy fotografiando la magia del Ambroz que ahora pone ella.

De repente la vía parece terminarse, comida por la vegetación…
…y de repente la descubrimos escondida entre la espesura, dibujada.

A medida que nos acercamos a Hervás la actividad humana se hace patente

Entramos por la zona del Mediano y Hervás ya nos saluda.

Su impresionante Barrio Judío, que forma parte de los Caminos de Sefarad recibe a los caminantes
Hervás dibujada, refugio de conversos, historia recuperada de un pueblo que se escondió en este Valle.

Atravesamos el río Ambroz por este antiguo puente

Y llegamos a Hervás. Fin de la Ruta. Un camino que antes debían hacer hombres y bestias para sobrevivir y que nosotros, de una manera más lúdica, hemos querido recorrer y recoger para que no se pierda.
Caminos, sendas, cordeles que forman parte de la historia y que se recuperan gracias a iniciativas como las propuestas por la fiesta del Otoño Mágico. Una delicia, añadida, recorrerlo con las gentes de aquí que cuentan sus vivencias, exteriorizan sus recuerdos para que la tradición oral las haga suyas y, afortunadamente, no terminen perdidas en el olvido.
Ahora toca disfrutar de una deliciosa comida en Hervás, su amplia oferta gastronómica es una invitación una quedarse, que para eso hemos venido hasta aquí….Andando Extremadura.
©vicentepozas.2012

 

Ruta de las Nogaledas. Navaconcejo

(SI QUERÉIS VER BIEN LAS FOTOS, PINCHAS SOBRE ELLAS)

El Valle del Jerte organiza, desde hace unos años, la Otoñada en el Valle del Jerte, entre sus actividades, propone una serie de rutas senderistas por la comarca. Este año me he unido a las propuestas que hacen desde SORPRODEVAJE, la Sociedad para la Promoción del Valle del Jerte, organizadores de la otoñada: La Ruta de las Nogaledas -o Nogaleas como le dicen algunos- en Navaconcejo. Es una ruta circular que parte de las estribaciones del río Jerte, que atraviesa la localidad. Es muy fácil, apenas 5 kms, pero de una belleza increible. Es una de las rutas más bonitas que he recorrido últimamente.

Un día gris de diciembre, amenazando lluvia, estábamos citados en el Puente de la Cruz para comenzar la ruta, unas 40 personas respondimos a la invitación.


Cruzamos el puente y seguimos el curso del río Jerte, junto a la piscina natural, para tomar a la izquierda por un camino señalizado. La ruta está bien marcada y trazada, con pasarelas y escaleras naturales que la hacen muy cómoda.

Nosotros vamos a ascender por esta garganta, la que da nombre a la ruta, se trata de una corriente de agua que procede de la zona alta de Vasequillo y la Cuerda de las Malenas.

Comenzamos las ascensión inmersos en un bosque de robles y castaños que nos acompañará toda la ruta.

La belleza de la ruta estriba en sus cinco saltos de agua, en la parte señalizada, si sigue subiendo, se pueden ver algunos más

Es difícil abstrarse de la belleza de estas cascadas y contemplar las pequeñas balsas que forman. Es una zona de baño para quienes buscan la tranquilidad de este bosque.

La vegetación densa nos acompaña a cada paso, una zona húmeda, de montaña y bien conservada, hemos superado los bancales de cerezos del comienzo, hasta aquí no llega la mano del hombre, todavía, para explotar estas tierras.

Segunda cascada, colosal, parecen paisajes sacados de postales, escenarios de cuento.

La ruta es un ascenso contínuo, bien señalizada y, como veis preparada para facilitar la subida.
En un pequeño claro del bosque los bancales de cerezos del Jerte se asoman con su color de otoño.
Se dibujan en ocres y rojos sobre la niebla de este día de principios de diciembre.

En frente el agua sigue su curso y anuncia una nueva cascada

A esta, tercera que nos encontramos, suben las tomas de agua de Navaconcejo, me decían que hay suministro asegurado todo el año, incluso en verano.

El bosque es un cuento, un lugar de postales con colores y olores de otoño
Este es el salto de agua que aprovechan para el suministro, es visible la estructura

El lugar es una sorpresa constante. Para quedarte aquí otro rato
Una foto real en una paleta de colores que se presenta a la vista, así, sin retoques

Todos los colores del otoño fundidos en este trocito de bosque que recorremos tranquilos.
Abajo Navaconcejo, guardián de Las Nogaledas, se muestra entre la niebla.


Llegamos a otra cascada, cada una supera a la anterior, son como decorados perfectos de un cuento de hadas

La ruta lleva nuestros pasos por pequeños senderos robados al bosque.

Y otra cascada más, se suceden los saltos de agua que surgen escondidos entre la espesura.
Una espesura que descubre un bosque alejado de la actividad diaria, del ajetreo de un valle que vive de las cerezas y que trabaja para ellas.

En este punto podemos seguir subiendo por el curso del río o coger la carretera, a la izquierda, y continuar por ella apenas 500 metros

Es curioso, haber abandonado el bosque, no le resta belleza al lugar.

La carretera nos indica le camino de regreso, por el paraje conocido como Las Mingurras, una zona de bancales de cerezos, que nos llevará hasta Navaconcejo.
Cerezos y castaños que nos salen al paso
Y la lluvia, que nos ha respetado hasta ahora, hace acto de presencia.
Y así volvemos al Jerte, a Navaconcejo, una ruta que me dicen, es igual de bonita en primavera con el cerezo en flor, aunque la garganta lleve menos agua.
Delicioso paseo en este día de otoño. Fantástica la ruta, y la compañía. Otoño en el Valle del Jerte, un descubrimiento. Esa parte del valle menos conocida alejada del río Jerte y de su frenética actividad.
Las Nogaledas, uno de esos rincones que aún quedan y que merece la pena conservar, uno de esos lugares que hacen tan especial nuestra región y que sólo se pueden conocer… Andando Extremadura.
©vicentepozas.2011

Ruta Sierra de la Muela, el Pico de los Dos Nombres

(SI QUERÉIS VER BIEN LAS FOTOS, PINCHAD SOBRE ELLAS)

Guiados, un año más, por los amigos del Grupo de Acción Local DIVA, Desarrollo Integral del Valle del Ambroz, Luisa y yo hemos vuelto a participar en el Otoño Mágico del Valle del Ambroz ahora que, en su XIV edición, estrena título de Fiesta de Interés Turístico Regional. Entre sus muchas actividades, a nosotros nos gusta una que ellos denominan «Paisaje y Paisanaje», se trata de pequeña rutas senderistas que enseñan rincones menos conocidos del Valle, recorriendo, cordeles, senderos, vías pecuarias y caminos que te muestran un punto de vista que perdemos en las visitas más convencionales.
Hemos comenzado por acudir al pueblo más alto del Ambroz, La Garganta, un enclave de montaña de calles estrechas y empinadas con una carretera de ascenso que te invita a pararte en cada curva. La ruta no parte del pueblo, sino de un punto en la carretera de Hervás-Candelario, más arriba, concretamente en el Corral de los Lobos, una vez pasado el Pozo de Nieve….
Amanece en el Valle del Ambroz, un día claro de otoño, que promete…

Este es el Corral de los Lobos, una antigua trampa de canes en estas tierras dedicadas al ganado y donde abundaban las manadas de lupus que tenían la comida asegurada. Básicamente era un corral en el que colocaban un animal vivo que atraía a los lobos, entraban sí, pero ya no podían salir. Cuando llegamos nos encontramos con la grata sorpresa de que lo están recuperando para que pueda visitarse y con paneles explicativos para que no se pierda esta parte tan bonita de la historia. A nosotros nos explicaron cómo funcionaba la trampa…


En esta ocasión la ruta propuesta es la denominada «El Pico de los Dos Nombres», se llama así a la Sierra de La Muela que es también conocida como Los Dos Hermanitos, desde aquí disfrutaremos de magnificas vistas del Ambroz.
Iniciamos la ruta con un pequeño ascenso por el Cordel del Berrocal en un tramo que transcurre entre los picos de El Horcajuelo y El Corralejo desde donde disfrutamos de una vista completa del Embalse de Fuente Santa, cuya cola marca el límite entre Extremadura y Castilla y León

Descendemos hasta coger el camino de Las Majadillas que nos ofrece una vista magnífica de este pequeño valle oculto a la vista con Hervás al fondo.

A este hora temprana de la mañana, la luz dibuja el monte y va descubriendo sus riquezas. Estamos en las estribaciones de Gredos.

Vamos recorriendo la Cordillera del Molinillo del Hornillo donde se sitúa el Pico de La Muela, 1626 m, que rodearemos buena parte del camino. Hervás nos acompaña en este tramo.

A medida que ascendemos descubrimos por qué el Otoño es magia en el Ambroz

A nuestra izquierda nos queda este pico, más alto que la muela y que se conoce como La Cruz de Jeromo
Nosotros, de vez en cuando, hacemos una parada que nos reagrupa y que los oriundos aprovechan para relatarnos historias de la zona en la que no faltan lobos, aviones de guerra caídos y tiempos difíciles no tan lejanos.
De camino hacia La Muela, la sierra de Béjar nos enseña secretos como el nacimiento del Río Cuerpo de Hombre que terminará en Hervás juntándose al Ambroz
Abajo, la vida sigue y el ganado disfruta de los primeros pastos de otoño en la zona de La Dehesa
Encima de Hervás, la Sierra del Pinajarro. Lo que tiene subir a lo alto es lo que te enseña; en días claros como este, mucho más…
Aquí los extraños somos nosotros, estas gentes hacen su vida, cuidan de su ganado…
En el Pico de La Muela, una parada para escuchar historias de aquí, que han pasado de abuelos a padres, y de estos a nietos y que nosotros, forasteros, turistas, viajeros o caminantes nos llevamos a otra tierra, casi hurtadas, para contarlas nosotros.
La Muela, rodeada de pinos, enseña su corona de piedras que vigilan el Valle, no es extraño que en otro tiempo estos parajes fuesen refugio de maquis en rincones inaccesibles desde los que se oteaba a cualquiera muchos kilómetros antes de acercarse.
Comenzamos a bajar, enfrente Peña Negra.

Al fondo el sendero que nos trajo hasta la sierra es ahora dibujado por ciclistas. Este es un valle vivo, siempre recorrido.

Mientras descendemos por la falda de la sierra aún descubrimos, a lo lejos La Hurdes y la Peña de Francia en La Alberca salmantina.
Todo es visible, Ambroz, Gata, Hurdes… sierras del norte de Extremadura.
Sierras onduladas, colores de otoño. Peña Negra asoma
La Sierra es bosque, chopos, castaños o pinos como ahora…
Este valle se apoya en la denominada Majada de la Cruz
Enfrente, La Solana conserva el uso ganadero de estos parajes y dibuja esa imagen que todos buscamos capturar.
Retomamos un trozo de la carretera que comunica Hervás y Candelario camino de nuestra meta.
Tras nosotros Gredos enseña la primeras nieves, justo detrás está la Estación de esquí de La Covatilla

El Valle es descanso, un pequeño espacio donde apetece parar el tiempo, quedarse. Hemos llegado al punto de partida.
La ruta ha terminado, apenas 14 kilómetros de fantásticas vistas, postales que van dibujadas en la cámara y que nos llevamos de recuerdo.
Nosotros bajamos a La Garganta porque cada octubre y noviembre, desde hace 14 años, el Valle es una fiesta, hoy con cabezudos y esta divertida capea infantil que hizo las delicias de todos. Actuaciones musicales, migas, calbotes… Y así sigue, ocho pueblos que celebran la magia de lo auténtico, los ocres, dorados y rojizos de un sol otoñal que lo envuelve todo. Bosques que hablan, personas que florecen, frutos que sueñan en estas tierras que han sido a lo largo de los años lugar de paso y descanso. Es un rincón que guarda en su historia recuerdo de todos. Es un homenaje a Extremadura, en el Ambroz, un Valle que lo condesa todo por arte de magia.
Luisa y yo hemos vuelto a compartirlo, andando Extremadura.
©vicentepozas.noviembre2011