Ruta Piedras Labradas. Jarilla

IMG_20180526_122758_1

El collado de Piedras Labradas se encuentra a 1.070 metros de altitud; así se conoce a una meseta que fue allanada, creada por el ser humano. La ruta que parte desde la localidad de Jarrilla, nos llevará a esa sierra donde encontraremos los restos del edificio. Los bloques de piedra están tallados con un corte perfecto, de ahí le viene el nombre al lugar.
Sobre su origen se barajan varias hipótesis, una, datada, un templo romano dedicado a alguna deidad, aunque no es habitual que los romanos construyesen a tanta altura. Hay quien opina que tuvo que haber en el lugar un asentamiento vetón, o al menos un lugar sagrado sobre el que se edificó el templo. Otras teorías se inclinan por que en la meseta hubiera un puesto de comunicaciones que enviase, mediante fuego por la noche y con destellos por el día, señales a la ciudad de Cáparra, visible desde el collado. También es posible que el emplazamiento cumpliera labores de protección y vigilancia sobre una ruta secundaria que uniría la Vía de la Plata con el Valle del Jerte. No hay que olvidar tampoco que muy cerca de aquí había una captación de aguas que abastecía a Cáparra.

La ruta que proponemos es circular, de apenas 14 kms, pero con algún tramo de dificultad media, ya que el desnivel acumulado es de 600 metros y otros tantos de bajada, pero las vistas de las Tierras de Granadilla y del Valle del Ambroz son magníficas.

Os dejo el track para GPS ya os digo que nosotros, en el kilómetro 9,6, en el Collado del Cerezal, nos apartamos del camino señalizado y optamos por bajar por una vereda más complicada pero más bonita, pero si esta opción no os convence sólo tenéis que seguir el trazado señalizado (PR amarillo y blanco) que os devuelve al  camino de vuelta, sobre el mapa se aprecia perfectamente, en este caso salen unos 16 kms, pero de menor dificultad.

Nosotros comenzamos en Jarilla, a los pies de los Montes de Traslasierra.

IMG_20180526_091444

 

Jarilla pertenece a la comarca de Trasierra-Tierras de Granadilla, situada en la falda oeste del Sistema Central, en los Montes de Traslasierra. Con apenas 100 habitantes posee varias casas rurales; el único bar es el centro social, junto al Centro de Día y la iglesia de San Gregorio en su pequeña plaza mayor. Protegida por el pico de Cabeza del Santo, 1.478 m altitud, está bañada por la Garganta Perdida y la de Cabera y cuenta con una coqueta piscina natural.

P5260002

 

Arrancamos la ruta en la plaza, bordeando la iglesia; enseguida nos toparemos con este lavadero restaurado, aunque ya no en uso, imagino.

P5260007

 

Comenzamos por una pista asfaltada que encara la sierra y que enseguida se convertirá en camino de tierra.

P5260009

 

La ruta está señalizada como PR (amarilla y blanca), aunque no está homologada por lo que hay que estar atentos al track para no perderse en los cruces que nos encontraremos. Lo que vemos en cuanto dejamos el pueblo es el valle con las Hurdes y la Sierra de Gata al fondo.

P5260012

 

Los primeros kilómetros discurren por el paraje de Las Pozas en un entorno de dehesa muy agradable, de momento, paralelos a la sierra.

P5260016

 

El camino asciende poco a poco, mientras caminamos por las Colmenillas, disfrutando de una primavera exuberante en este final de mayo cuando hicimos la ruta.

P5260018

 

Venimos andando por los caminos tradicionales que unían los pueblos de la zona, de hecho, podéis optar por comenzar en Cabezabellosa, una localidad situada unos kilómetros más allá y así hacerla un poco más larga si queréis sumarle más tiempo al paseo.

P5260021

 

Dejamos por un momento la cómoda pista de tierra para coger un pequeño atajo, no hay que preocuparse, el desvío está señalizado.

P5260022

 

Mientras, disfrutamos de la vista del Valle del Ambroz con Casas del Monte en primer término y Segura de Toro al fondo.

P5260023

 

Son apenas unos metros porque enseguida volvemos al camino original, mientras pasamos cerca del Canchal del Moralejo, nos queda más o menos kilómetro y medio para comenzar la subida al collado.

P5260025

 

La ruta, en estos tramos, está muy bien señalizada, hay un cruce con una señal y un mapa gráfico de la zona y el recorrido de la ruta; dejamos el camino que nos llevaría a Casas del Monte y, junto al arroyo de las Gorroneras, nos preparamos para el ascenso.

P5260027

 

El ascenso, de poco más de 4 kms, no es muy exigente aunque el desnivel acumulado es de unos 400 metros.

P5260031

 

Este paraje que llaman el Horquito es un magnífico robledal, muy cerrado en su parte más baja.

P5260033

 

Más abierto a medida que ascendemos pero con ejemplares de robles impresionantes. En esta zona hay que estar atentos al track y a las señales del PR porque no siempre están claras.

P5260034

 

Un pequeño llano descansa las piernas antes de atravesar las pequeñas vaguadas que crea la montaña.

P5260040

 

Lo cierto es que la altura, a unos 900 metros de altitud ya, nos permite disfrutar de este hermoso valle, bañado por las aguas del río Alagón, aquí embalsadas por la presa de Gabriel y Galán. Tierras de Granadilla.

P5260043

 

Nos abrazamos a la ladera del Risco Llano, la montaña cambia de paisaje a cada momento, esto embellece aún más la ruta.

P5260045

 

Sorteamos pequeños arroyos, este del manantial del Colchón, en una primavera que no olvidaremos por su exuberancia, con el que encaramos la última subida antes de llegar al templo.

P5260050

 

Pero aquí arriba, emocionados, es difícil no dejar descansar las piernas y echar mano del móvil o la cámara y recoger este inmenso y rico valle atravesado por la Vía de la Plata, hoy A-66, aunque los vestigios romanos siguen encaminando los pies hacia el norte, Gijón o Santiago.

P5260055

 

Aquí veréis una pequeña valla ganadera con el señal de PR, hay que abrirla y no seguir el camino de la derecha. Nosotros lo hicimos y tuvimos que saltarla un poco más adelante sin mayor problema. Por cierto recuerda: cancela que se abre, cancela que se cierra.

P5260059

 

Detrás de nosotros la sierra de la Cabrera retiene las nubes, cerca del collado de las Yeguas que facilita el paso al Valle del Jerte.

P5260061

 

Aquí la humedad y la umbría mantienen florecidas las peonías, o rosas de Alejandría como llaman otros. Un último esfuerzo para disfrutar del misterio de un lugar mágico

P5260066

 

Lo primero que nos encontramos es el antiguo vallado que protegía el templo. Debéis imaginar que entonces esto era un bosque de robles que rodeaban este lugar de culto donde, protegidos por árboles sagrados, se reunirían los vetones para venerar a sus divinidades vinculadas a la naturaleza.

P5260069

 

Tras la dominación romana de la Lusitania, el lugar se convirtió en un templo, era un pequeño edificio a dos aguas de una sola entrada, muy parecido al que se conserva a la entrada del puente romano de Alcántara y que el imperio construía por todo el territorio. El expolio que sufren muchos de estos yacimientos ha hecho desaparecer muchas de las piedras, incluso algunas de las aras votivas, pequeños altares dedicados a los dioses que se veían hace unos años.

P5260075

 

El collado de las piedras labradas está marcado por esta historia de culto y misterio. Allanado por la mano del hombre para sus fines espirituales, pero también defensivos. Desde aquí era visible la ciudad romana de Cáparra y, por ello, hay quien sostiene que el lugar bien pudiera albergar un puesto de vigilancia, por una parte, del abastecimiento de agua a la ciudad, en unos montes repletos de manantiales, y por otro, defensivo. He leído que se piensa que pudiese haber un punto de vigilancia que, desde la altura, avisase a la ciudad a base de señales de humo o luminosas en caso de peligro. Por cierto, cuando regreséis os aconsejo visitar los restos de la ciudad de Cáparra y su centro de interpretación para que entendáis la importancia de este asentamiento romano que fue un importante nudo de comunicaciones en el eje norte-sur y que conserva el único arco cuadriforme de España.

P5260077

 

El collado de Piedras Labradas, a 1.062 m de altitud, ofrece vistas magníficas, como estas de la localidad de Cabezabellosa protegida por el Cerro del Búho, donde se encuentra la ermita de Nuestra Señora del Castillo.

P5260078

 

Después de disfrutar del lugar e imaginarnos las historias que aquí se debieron vivir, iniciamos el descenso de nuevo al punto de partida.

P5260084

 

El Collado, rodeado de vegetación baja, nos despide rodeados de cantuesos, o lavandas (lavándulas) o tomillos borriqueros como llaman en otros y disfrutando de su aroma intenso.

P5260085

 

Sol y nubes en este día de primavera, sigue la señalización acompañando el camino, por cierto, el tramo de bajada, está marcado como ruta principal en algunos tracks, pues el oficial de la comarca, lo realiza con subida y bajada por el mismo camino, por este.

P5260088

 

El hecho de que hayan podio expoliar el yacimiento tiene que ver con que el camino es de fácil acceso para algunos vehículos, por lo tanto llegar hasta arriba en coche es posible.

P5260089

 

El camino discurre ahora entre callejas de piedra muy habituales en la comarca. El granito es abundante, tanto es así que para construir el templo de Piedras Labradas no hubo que subir las piedras, ya estaban aquí.

P5260090

 

Cuando hemos descendido unos cien metros llegamos al collado del Cerezal, aquí es donde decidimos desviarnos por una pequeña vereda señalizada con mojones. Aquí la ruta se complica porque la pendiente es fuerte y hay piedras sueltas, pero es mucho más bonita. Estamos en el kilómetros 9,6, se puede ver en el track perfectamente. Si no os decidís por esta variación sólo tenéis que seguir la pista que sigue señalizada con las marcas de PR que os devolverá al camino original de Jarilla a Casas del Monte donde sólo hay que desandar los pasos.

P5260092

 

Nosotros traemos el track, nos ayudan los mojones de piedra, porque la primavera tapa por momentos la pequeña vereda por la que transitamos.

P5260097

 

Bajamos haciendo zigzag, de hecho nos volvemos a topar con otro camino, paralelo al que hemos dejado; quiero decir que si esta primera bajada os ha parecido complicada sólo tenéis que seguirlo y os llevará al camino de salida y la señalización de pequeño recorrido, lo vais a reconocer porque en el camino hay una pequeña tubería negra de agua.

P5260098

 

Pero nosotros seguimos el descenso por este magnifico lugar, a quienes nos gusta el senderismo nos atrae más caminar por pequeñas veredas que por pistas o caminos. Estamos en la Jerdillera.

P5260104

 

Así llegamos a la Garganta Perdida, o garganta primera, que no hay que cruzar, iremos paralelos a ella hasta llegar al pueblo.

P5260108

 

Puro bosque mediterráneo en esta parte de la sierra donde encontramos estos impresionantes bolos graníticos.

P5260115

 

Vegetación más densa en la parte baja de la sierra, donde alcornoques y encinas se disputan el terreno, ya el trazado es llano y las piernas descansan de la pronunciada bajada de 400 metros de desnivel en apenas dos kilómetros.

P5260116

 

La callejas de piedra nos marcan el camino, como haciéndonos la ola, como ese público que se apelotona a la llegada de los grandes eventos deportivos, eso sí, en silencio.

P5260122

 

Camino ya del pueblo pasamos por la pequeña piscina natural de Jarilla que en verano ofrece agua fría para quien guste de estos parajes, cuenta con merendero cercano para pasar el día.

P5260124

 

Desde aquí una pista cementada nos lleva hasta el pueblo donde damos por finalizada la ruta.

P5260128

 

Nos queda la satisfacción de haber subido hasta una parte de la historia, de la cultura vetona, de la posterior dominación romana. Hasta nuestros días ha llegado con el nombre popular de Piedras Labradas; escondida a la vista, esta atalaya de dioses y guardianes presenta un aspecto manifiestamente mejorable, pero esto nos ocurre con frecuencia en Extremadura, y en el resto de España, no acabamos de poner en valor estos vestigios que retratan de dónde venimos. La roma imperial tuvo, y tiene, mucho peso en la historia de esta región. Pero los vetones fueron un pueblo importante, una civilización que ha dejado repartida su cultura por toda la región, sobre todo el norte, como pone de manifiesto el berraco que se conserva en la cercana localidad de Segura de Toro.

IMG_20180526_122414

 

Jarilla, 100 habitantes, conserva el equilibrio tranquilo de las pequeñas localidades cacereñas que aún sobreviven a un, imparable hoy, fenómeno de despoblamiento rural. Los niños juegan en la calle, los turistas ocupan los alojamientos rurales y los mayores mantienen sus costumbres. Nosotros hemos venido a romper la armonía del pueblo por breves momentos, ante la alegría y la sorpresa de los aldeanos que nos saludan orgullosos por haber venido hasta su pueblo. Seremos tema de conversación esta tarde, seguro, estos chicos de ciudad de colores chillones que vienen a ver sus piedras labradas, el templo que aún les vigila, y les protege, silencioso y abandonado.

P5260131

Una de las satisfacciones de caminar por el campo, es encontrarte lugares sagrados como Piedras Labradas, y poder contarlo, e invitar a quienes aman y estudian la historia a recorrer el camino que vetones y romanos andaron y desandaron tantas veces. Y confirmar que la historia, además de las grandes ciudades y los conocidos monumentos, la escribieron también estos sencillos enclaves tan necesarios para entender cómo vivían nuestros antepasados, los que dejaron un ADN que hoy nos ha convertido en lo que somos. Lo mejor, como siempre, hacerlo Andando Extremadura.-

                                                                                                                                                ©vicentepozas2018

Ruta por el parque natural de Las Batuecas GR 10

 

PB241904fb

 El parque natural de Las Batuecas y la Sierra de Francia, Salamanca, ofrece un sinfín de posibilidades para el senderismo, son muchas las rutas que recorren esta fantástica comarca que, por otra parte, es un referente turístico por la variedad de lugares que visitar y por su extensa red de alojamientos. Nosotros hemos recorrido parte del GR 10 (gran recorrido, una de las grandes rutas que atraviesan la península incluido en la Red de Senderos Europeos de Gran Recorrido, el GR 10 comienza en la localidad valenciana de Puzol y termina en Lisboa) en este caso cubrimos la distancia entre Miranda de Castañar y La Alberca. 18 kms de dificultad media que hicimos con el club de senderismo La Vereína. Fue en otoño y el paisaje era toda una paleta de colores.

El track de la ruta es de Juan Antonio Mostazo, en dos partes: track 1 y track 2

Y aquí comenzamos la caminata, en Miranda del Castañar, un pequeño pueblo salmantino apoyado sobre una  loma que lo eleva por encima de valles y sierras del parque natural de Las Batuecas

PB241793

El Parque Natural de Las Batuecas forma parte de las estribaciones occidentales de la Cordillera Central. El Parque se establece en la divisoria de dos cuencas hidrográficas: los ríos Alagón, Francia y Batuecas vierten al Tajo, mientras que el Agadón pertenece al Duero. Es un lugar mágico, lo vais a comprobar.
PB241794fb

 

El pueblo conserva su belleza medieval. Las calles de Miranda del Castañar son de arquitectura tradicional de sierra y encontramos mas de 90 escudos nobiliarios en sus paredes, lo que nos da una idea de la importancia de este pueblo en los siglos XVI – XVIII.
PB241796

 

 

Salimos del pueblo por el camino de la ermita de la Virgen de la Cuesta, patrona local, por una calzada empedrada, antigua senda para subir a la villa.
PB241809

 

 

Descendemos por un pequeño bosque de robles y castaños, buscando el curso del río Francia y del arroyo de San Benito
PB241815

 

 

Algunos metros por una pequeña carretera local, nos indica la distancia y desvela nuestro destino intermedio, Mogarraz y nuestra meta, La Alberca. Frente a nosotros la sierra de Los Callejones
PB241823

 

 

La vegetación serrana de la zona nos acompaña durante todo el camino, mientras pasamos junto al arroyo de Nuñoperro. El otoño es visible.
PB241825

 

 

Dejamos la carretera y enfilamos por el Teso del Lego, una pista amplia y cómoda por la que transcurre esta primera parte del camino.
PB241832

 

 

El colorido que deja el otoño en el camino convierte el paseo en una sorpresa constante. Comenzamos a subir poco a poco.
PB241834

 

 

Ascendemos hacia el Juanillo, una pequeña sierra que se junta con el paraje de El Varino, un cruce  de caminos muy transitado
PB241841

 

 

Luego bajamos rápidamente hasta el arroyo Milanos de las Pisneras que cruza un pequeño puente medieval cubierto por las hojas, el Puente del Pontón, aquí el sendero coincide con el denominado Camino del Agua que terminaremos en Monforte de la Sierra
PB241852FB

 

 

El arroyo corre generoso y protege una vegetación frondosa que disfrutamos encantados. Justo antes de acometer un ascenso pronunciado y duro por la zona de Los Pontones
PB241855

 

 

Una subida que nos lleva hasta Mogarraz, justo cuando el bosque se abre, comido ya por pequeños huertos y algún mirador que nos permite coger aire.
PB241869

La villa de Mogarraz está declarada bien de interés cultural con categoría de conjunto histórico en 1998, presentando una estructura urbanística de trama típicamente medieval, con calles estrechas y trazado regular.

Aquí nos encontramos con una sorpresa añadida: la exposición Retrata2-388 Una singular muestra del artista Florencio Maíllo, son 388 retratos realizados en base a las fotografías que en los años 40 mando hacer el alcalde mogarreño a todos los habitantes mayores de edad para el carnet de identidad. Más de medio siglo después esos retratos, hoy cuadros, cuelgan de las fachadas donde viven, o vivieron cada uno de sus protagonistas. Preciosa idea que supone un valor añadido a la visita a la localidad.
PB241870fb

Dejamos Mogarraz, su fachadas y las miradas de sus habitantes inmortalizadas en las paredes del pueblo.

PB241878

 

 

Salimos de Mogarraz para retomar el Camino del Agua hacia las denominadas Pasaeras del Bocino, un lugar que se hunde, de nuevo, en la sombra de sus bosques.

PB241889

 

 

Una de las singularidades del Camino del Agua es que está salpicado de obras de arte de jóvenes artistas, esta que veis es de Virginia Calvo y recibe el nombre de Serena, está situada justo al lado del río Bocino

PB241893

 

 

Esta parte del camino es de las más bonitas de la ruta, transitamos por la zona de la Heredad, imersos en un paraje bellísimo que nos va a llevar hasta el pequeño pueblo de Monforte de la Sierra, al salir comenzará uno de los ascensos más duros de la ruta, son apenas 500 m pero de una pendiente muy elevada que nos conducirá hasta el alto de Los Caños

PB241899

 

 

Enfilamos por la zona de Las Suertes junto a una pequeña acequia que nos acompañará a lo largo de un par de kilómetros

PB241910

 

 

Enpequeñecidos por la magia de sus bosques caminamos con destino La Alberca, esperando que la lluvia, que ya amenaza, no haga acto de presencia mientras recorremos Matacabezas y Vaquero, dos parajes bien distintos, sierra y llano

PB241911fb

 

 

 

En la ermita de Majadas Viejas decidimos hacer una pequeña parada para reponer fuerzas, protegidos por su porche que la lluvia nos acompaña desde hace rato

PB241916

 

 

Por el robledal que aquí conocen como las dos carreteras, la que conduce a Mogarraz y la de Sotoserrano, nos acercamos a La Alberca

PB241917

 

 

Pasamos cerca del área recreativa de Fuente Castaño, la ruta termina.

PB241919

 

 

La Alberca nos recibió con una lluvia fuerte que nos obligaba a refugiarnos, esta imagen es de una ruta anterior, era imposible hacer fotos bajo la tromba de agua que se unió al grupo. La Alberca destaca por su arquitectura popular, la historia no aclara si fue una judería o el arrabal de Damasco, hoy es una feria  al servicio de los miles de visitantes que recorren sus calles.

P3241159

El parque natural de La Batuecas que comparte algunas esquinas con las Hurdes cacereñas, es un lugar ideal para el senderismo, hay infinidad de caminos muy cuidados. Si venid hasta aquí no dejéis de subir a la Peña de Francia, unos de los rincones más bonitos de la comarca y una de las sierras más altas en muchos kilómetros a la redonda. La ruta termina aquí, algunos, o muchos, seguirán por el GR 10 hasta la Sierra de Gata y Portugal para hacer un camino que acaba en la mágica Lisboa.

                                                                                                                                       ©vicentepozas2013

 

Ruta de los Ingleses. Casas de Miravete a Romangordo

(SI QUERÉIS VER BIEN LAS FOTOS, PINCHAD SOBRE ELLAS)
Cada año, desde hace ocho, los Ayuntamientos de Casas de Miravete y Romangordo organizan la Ruta de los Ingleses, con la intención de dar a conocer la batalla de la Guerra de la Independencia que tuvo lugar el 19 de mayo de 1812, en la que los franceses fueron derrotados por tropas inglesas en Lugar Nuevo (Romangordo). La ruta no es difícil, recorre parajes muy diferentes: sierra, monte, dehesa. La Ruta está muy organizada y cuenta con todo tipo de detalles, incluída la recreación histórica de esta batalla. Para los dos pueblos es una fiesta y se prepara con mucho mimo. Un paseo por la sierra de Miravete y las estribaciones de Monfragüe que nos descubre rincones de gran belleza. Volveremos.
La cita es en Casas de Miravete donde la organización te reconforta con un desayuno, camiseta de recuerdo, y carnet de senderista, para llevarnos en autobús hasta el punto de partida, cerca del Túnel de Miravete.

En Casas de Miravete el saludo de la organización y el descubrimiento de una pequeña placa dan comienzo a los actos.

La idea, además de andar por los parajes de ambos pueblos, es realizar una ambientación del acontecimiento mediante una recreación completa de la batalla. De hecho, a lo largo del camino conoceremos parte de la historia a través de las narraciones y representaciones que ofrecen diversos personajes caracterizados de la época. Tras la foto de rigor, por supuesto…

La ruta consta de 16 kilómetros que corresponden al último tramo del recorrido que realizaron 3.500 soldados comandados por el general Hill desde la vertiente sur de la sierra de Miravete hasta el Fuerte de Napoleón de Lugar Nuevo, pasando por el collado de los Ingleses y Romangordo. La primera de la recreaciones tiene lugar antes de comenzar a andar.

La salida la iniciamos con los participantes pasando bajo los soldados que hacen los honores precisos tras las salvas.
Nosotros comenzamos la marcha dejando a un lado el Arroyo de La Mina que cruzaremos más tarde, y nos disponemos a recorrer la Dehesa de la Sierra del Frontal.
Recorremos los primeros metros agrupados convertidos en una lína multicolor, al fondo las estribaciones de Miravete.

Entramos en la la zona de La Lanchuela antes de acometer la subida a Miravete.

Coronamos la Sierra, apenas 738 metros que nos sitúan en el Collado de los Ingleses. Como relatan las crónicas: «Ingleses y portugueses, dirigidos por el General Hill, el 19 de mayo de 1812, atravesando la sierra de Miravete por el collado de los Ingleses y pasando por Romangordo llegaron a Lugar Nuevo, conquistaron esta posición y, como no querían mantenerse en ella, destrozaron todas sus instalaciones para que no pudieran ser nuevamente utilizadas por los franceses».

La Sierra muestra sus encantos, escondidos a la visión habitual que ofrece la carretera, descubrimos el Canchal de la Cierva
Descendemos para recorrer La Piñuela, situada en la zona más baja, atrás queda la Sierra de Miravete.
Transitamos por la Dehesa Boyal, entre callejuelas de piedra que conforman las lindes de las fincas

Miravete enseña sus roquedos, estamos en Monfragüe y queda constancia de ello

Atravesamos la autovía donde la organización ha situado un pequeño avituallamiento

Mientras buscamos el cauce del arroyo, transitamos por una zona de jaras, retamas y eucaliptos situada en un lugar llamado Calvario de la Piñuela
Es habitual en todo el recorrido, señalizado a conciencia, encontrar pequeños carteles que relatan parte de la historia y que recuerdan a los protagonistas de aquella hazaña que ahora recordamos andando por los escenarios de la misma, con propósitos bien diferentes, eso sí.

Antes de subir cruzamos la Garganta de la Canaleja y afrontamos el ascenso por una de las faldas de la Sierra de la Caldilla

Tomamos, al fin, el camino de la Canaleja que nos llevará hasta Romangordo, una subida suave y poco pronunciada
Desde el alto de Puertezuela, Casas de Miravete aparece dibujada, señalada por los pocos rayos de sol que se escapa en este día gris y lluvioso.

A lo largo del camino siguen apareciendo referencias a la historia en un día de paraguas abiertos

El camino tiene rincones bellos entre alcornoques, chopos y helechos que soportan la umbría de la sierra

Desde aquí se atisban las inmediaciones del Parque Nacional de Monfragüe, la dehesa extremeña, la diversidad de un paisaje a camino entre un lugar y otro
Así llegamos a la Aliseda antes de ser testigos de la primera de las recreaciones históricas
Es un camino tranquilo, que se hace en compañía, Luisa y Julia no desaprovechan su comodidad para charlar durante la ruta

Hasta que asomamos en Romangordo…

La primavera tardía de la dehesa se dibuja perfecta desde el Cerro de la Fuente.

Al llegar al pueblo nos topamos con el pilón, con la fuente y el abrevadero del ganado

Hasta los guardias que regulan los cruces de la carretera van ataviados para la ocasión, es curioso observar como los dos pueblos se implican en los actos.

En la plaza de Romangordo, se ha celebrado parada militar, una pequeña escaramuza
de soldados por las calles y los discursos de rigor. Un pequeño mercado medieval y el refrigerio para los senderistas nos ayudarán a afrontar los últimos kilómetros de la zona hasta Lugar Nuevo, donde se libró la batalla.
Abandonamos el pueblo de Romangordo que conserva parte de su encanto en un pueblo casi de sierra, casi de llano

La última etapa del camino se inicia en las afueras del pueblo… dejando atrás la cruz de las eras

Romangordo señaliza sus pertenencias para que el viajero las conozca

Y la ruta va siendo contada en estos pequeños paneles que nos acompañan desde el inicio, vamos a por el último tramo…

Esta tramo nos lleva por el camino que llaman Calleja de la Cumbre

La parada de Romangordo ha vuelto a agruparnos, camino del fuerte donde se librará la batalla

La dehesa de Macinto dibuja estampas muy extremeñas…

Prados escondidos por este paraje al que hay que llegar andando, puro Mediterráneo

Una alfombra de flores en el paraje de la Cagalana

Hasta que arriba en el fuerte se recuerda la historia de hace 200 años. Lugar Nuevo era un pequeño núcleo urbano con cuatro o cinco casas dedicado a la hostelería desde la segunda mitad del siglo XVIII en el término municipal de Romangordo, a orillas del Tajo y de la carretera nacional de Madrid a Lisboa.

Los franceses ocuparon esa posición durante la guerra de la Independencia y construyeron en dicha zona los Fuertes de Napoleón y Ragusa y un puente de barcas sobre el río Tajo en sustitución del destruido puente de piedra de Albalat.

El ejército inglés destrozó el fuerte para que aquí no quedase nadie tras conquistar este pequeño cerro

Esta es la historia que se recrea cada año para rememorar una batalla que cambió la historia, una representación que recorre el camino que llevó a las tropas hasta aquí.
Como consecuencia de esta brillante y audaz operación quedaron aislados los dos grandes ejércitos franceses, el del norte, dirigido por el mariscal Marmont, duque de Ragusa, y el del sur, comandado por el mariscal Soult y por este aislamiento de las fuerzas francesas, Wellington pudo plantear con éxito la batalla de Arapiles y acelerar la derrota definitiva de los franceses, primero en España y después en Europa mediante la célebre batalla de Waterloo.
Este es la historia relatada, es parte de la leyenda que hemos recorrido andando para rememorar lo sucedido en este rinconcito de la geografía extremeña, habilmente recordado por sus gentes que organizan una travesía maravillosa para que no olvidemos que nuestra historia está escrita a base de hechos aislados, pequeñas batallas que dan pie a grandes triunfos. Ahora el triunfo es de quienes recuperan la memoria de los hechos
La Ruta de los Ingleses termina con una paellada en un pequeño parque periurbano, una convivencia entre soldados, senderistas y vecinos para festejar el triunfo. Aunque en esta ocasión, y como dijo Felipe II, no mandé a mis naves a luchar contra los elementos; la lluvia silente del día se hizo intensa, atronadora y nos privó de la compañía de los habitantes de Romangordo y Casas de Miravete. Otra año será.
Porque Julia, Luisa, Juan Antonio y yo, hemos prometido volver a recordar el Camino de los Ingleses, el próximo año cuando se acerque el tiempo de la batalla, el humo de las bayonetas y el sonido de los tambores y cañones, volveremos a pisarlo…andando Extremadura.-
©vicentepozas2012