Ruta de La Garganta a Hervás. El Cordel del Berrocal

(SI QUERÉIS VER BIEN LAS FOTOS, PINCHAS SOBRE ELLAS)Tocados por la belleza del Ambroz en otoño hemos realizado otra de las rutas senderistas que el grupo de desarrollo local, DIVA, organiza con motivo del Otoño Mágico en el Valle del Ambroz, arropadas bajo la denominación, acertada, de Paisaje y Paisanaje. Una fiesta que ya es de Interés Turístico Regional. En esta ocasión recorremos el Cordel del Berrocal, una antigua ruta ganadera, y subimos a uno de los miradores naturales del Valle, el Monte del Picuruju (o Picurujo). Apenas 11 kms de deliciosas vistas que nos llevarán desde la localidad de La Garganta hasta Hervás. Y aquí comenzamos, en La Garganta…

Este pequeño pueblo de montaña está metido entre bosques y sus calles se asoman a ellos.

Abandonamos el pueblo andando apenas unos metros por la carretera que lleva hasta Hervás y Candelario.
Y tomamos a la derecha por el que conocen como el camino del Lomo, en un instante el bosque nos rodea


Atrás queda La Garganta nosotros ascendemos despacio buscando el Cordel

El Otoño aquí arriba está lleno de tonos a pesar del día plomizo. Discurrimos por el paraje que se denomina El Molino

Este camino fue, años atrás, el utilizado en el pueblo para bajar hasta Hervás y conectar con la ruta transhumante
Una calzada de piedra, bien conservada, se oyen tus pasos en el silencio del camino

Un paisaje que el hombre ha convertido en paisanaje, salpicándolo de construcciones

Más arriba el bosque de mezcla con el matorral de montaña. Este paraje recibe el nombre de El Lomo
Y por él desembocamos en el Cordel del Berrocal, a la altura de Majalalosa. Esta antigua ruta trashumante de ganado forma parte de lo que llamaban el Camino de los Paporros y que comunicaba con las grandes cañadas reales que atraviesan el Valle

Dirigimos nuestros pasos por el Paraje de las Cabezuelas hacia el Pico del Picuruju, mirador natural del Ambroz.
A medida que ascendemos el Valle descubre su magia, la que le otorga el natural otoño


Los árboles amarillean en noviembre, creando esta imagen tan singular

El camino en desuso ha sido invadido por retamas, hay que sortearlas intentando no perderse
Tocamos apenas el Pico del Picuruju de 1.178 m de altura para disfrutar desde su atalaya


Abajo queda el bosque con su gama de otoños

Asoma Hervás descansando sobre las orillas del Ambroz.

Y Aldeanueva del Camino y el gran valle

Nosotros reagrupamos impresionados contemplando abajo el Embalse de Baños
Siguiendo el Cordel, apenas dibujado ya, descendemos por los parajes del Pucherito y la Pellereja

Hasta tocar la antigua Vía férrea de la Plata que dejó de funcionar en diciembre de 1985 y que arrebató a Extremadura el único transporte público que nos comunicaba con Castilla y el Norte peninsular

El Valle quiere despertar por segundos de este día de otoño

La sierras de Gredos albergan las primeras nieves en este paisaje robado

Nosotros seguimos la vía del tren que facilita el camino
25 años de desuso deterioran la infraestructura que sorprende con sus carteles y construcciones oxidadas

Así llegamos a la curva de Romañazos mientras atravesamos el río del Valle

Los prados aquí abajo componen su propio paisaje, es por esto que el otoño aquí es un reclamo turístico

La imagen estilizada de los chopos que parecen querer saltar del suelo

Luisa, paciente, me espera mientras voy fotografiando la magia del Ambroz que ahora pone ella.

De repente la vía parece terminarse, comida por la vegetación…
…y de repente la descubrimos escondida entre la espesura, dibujada.

A medida que nos acercamos a Hervás la actividad humana se hace patente

Entramos por la zona del Mediano y Hervás ya nos saluda.

Su impresionante Barrio Judío, que forma parte de los Caminos de Sefarad recibe a los caminantes
Hervás dibujada, refugio de conversos, historia recuperada de un pueblo que se escondió en este Valle.

Atravesamos el río Ambroz por este antiguo puente

Y llegamos a Hervás. Fin de la Ruta. Un camino que antes debían hacer hombres y bestias para sobrevivir y que nosotros, de una manera más lúdica, hemos querido recorrer y recoger para que no se pierda.
Caminos, sendas, cordeles que forman parte de la historia y que se recuperan gracias a iniciativas como las propuestas por la fiesta del Otoño Mágico. Una delicia, añadida, recorrerlo con las gentes de aquí que cuentan sus vivencias, exteriorizan sus recuerdos para que la tradición oral las haga suyas y, afortunadamente, no terminen perdidas en el olvido.
Ahora toca disfrutar de una deliciosa comida en Hervás, su amplia oferta gastronómica es una invitación una quedarse, que para eso hemos venido hasta aquí….Andando Extremadura.
©vicentepozas.2012

 

Ruta Sierra de la Muela, el Pico de los Dos Nombres

(SI QUERÉIS VER BIEN LAS FOTOS, PINCHAD SOBRE ELLAS)

Guiados, un año más, por los amigos del Grupo de Acción Local DIVA, Desarrollo Integral del Valle del Ambroz, Luisa y yo hemos vuelto a participar en el Otoño Mágico del Valle del Ambroz ahora que, en su XIV edición, estrena título de Fiesta de Interés Turístico Regional. Entre sus muchas actividades, a nosotros nos gusta una que ellos denominan «Paisaje y Paisanaje», se trata de pequeña rutas senderistas que enseñan rincones menos conocidos del Valle, recorriendo, cordeles, senderos, vías pecuarias y caminos que te muestran un punto de vista que perdemos en las visitas más convencionales.
Hemos comenzado por acudir al pueblo más alto del Ambroz, La Garganta, un enclave de montaña de calles estrechas y empinadas con una carretera de ascenso que te invita a pararte en cada curva. La ruta no parte del pueblo, sino de un punto en la carretera de Hervás-Candelario, más arriba, concretamente en el Corral de los Lobos, una vez pasado el Pozo de Nieve….
Amanece en el Valle del Ambroz, un día claro de otoño, que promete…

Este es el Corral de los Lobos, una antigua trampa de canes en estas tierras dedicadas al ganado y donde abundaban las manadas de lupus que tenían la comida asegurada. Básicamente era un corral en el que colocaban un animal vivo que atraía a los lobos, entraban sí, pero ya no podían salir. Cuando llegamos nos encontramos con la grata sorpresa de que lo están recuperando para que pueda visitarse y con paneles explicativos para que no se pierda esta parte tan bonita de la historia. A nosotros nos explicaron cómo funcionaba la trampa…


En esta ocasión la ruta propuesta es la denominada «El Pico de los Dos Nombres», se llama así a la Sierra de La Muela que es también conocida como Los Dos Hermanitos, desde aquí disfrutaremos de magnificas vistas del Ambroz.
Iniciamos la ruta con un pequeño ascenso por el Cordel del Berrocal en un tramo que transcurre entre los picos de El Horcajuelo y El Corralejo desde donde disfrutamos de una vista completa del Embalse de Fuente Santa, cuya cola marca el límite entre Extremadura y Castilla y León

Descendemos hasta coger el camino de Las Majadillas que nos ofrece una vista magnífica de este pequeño valle oculto a la vista con Hervás al fondo.

A este hora temprana de la mañana, la luz dibuja el monte y va descubriendo sus riquezas. Estamos en las estribaciones de Gredos.

Vamos recorriendo la Cordillera del Molinillo del Hornillo donde se sitúa el Pico de La Muela, 1626 m, que rodearemos buena parte del camino. Hervás nos acompaña en este tramo.

A medida que ascendemos descubrimos por qué el Otoño es magia en el Ambroz

A nuestra izquierda nos queda este pico, más alto que la muela y que se conoce como La Cruz de Jeromo
Nosotros, de vez en cuando, hacemos una parada que nos reagrupa y que los oriundos aprovechan para relatarnos historias de la zona en la que no faltan lobos, aviones de guerra caídos y tiempos difíciles no tan lejanos.
De camino hacia La Muela, la sierra de Béjar nos enseña secretos como el nacimiento del Río Cuerpo de Hombre que terminará en Hervás juntándose al Ambroz
Abajo, la vida sigue y el ganado disfruta de los primeros pastos de otoño en la zona de La Dehesa
Encima de Hervás, la Sierra del Pinajarro. Lo que tiene subir a lo alto es lo que te enseña; en días claros como este, mucho más…
Aquí los extraños somos nosotros, estas gentes hacen su vida, cuidan de su ganado…
En el Pico de La Muela, una parada para escuchar historias de aquí, que han pasado de abuelos a padres, y de estos a nietos y que nosotros, forasteros, turistas, viajeros o caminantes nos llevamos a otra tierra, casi hurtadas, para contarlas nosotros.
La Muela, rodeada de pinos, enseña su corona de piedras que vigilan el Valle, no es extraño que en otro tiempo estos parajes fuesen refugio de maquis en rincones inaccesibles desde los que se oteaba a cualquiera muchos kilómetros antes de acercarse.
Comenzamos a bajar, enfrente Peña Negra.

Al fondo el sendero que nos trajo hasta la sierra es ahora dibujado por ciclistas. Este es un valle vivo, siempre recorrido.

Mientras descendemos por la falda de la sierra aún descubrimos, a lo lejos La Hurdes y la Peña de Francia en La Alberca salmantina.
Todo es visible, Ambroz, Gata, Hurdes… sierras del norte de Extremadura.
Sierras onduladas, colores de otoño. Peña Negra asoma
La Sierra es bosque, chopos, castaños o pinos como ahora…
Este valle se apoya en la denominada Majada de la Cruz
Enfrente, La Solana conserva el uso ganadero de estos parajes y dibuja esa imagen que todos buscamos capturar.
Retomamos un trozo de la carretera que comunica Hervás y Candelario camino de nuestra meta.
Tras nosotros Gredos enseña la primeras nieves, justo detrás está la Estación de esquí de La Covatilla

El Valle es descanso, un pequeño espacio donde apetece parar el tiempo, quedarse. Hemos llegado al punto de partida.
La ruta ha terminado, apenas 14 kilómetros de fantásticas vistas, postales que van dibujadas en la cámara y que nos llevamos de recuerdo.
Nosotros bajamos a La Garganta porque cada octubre y noviembre, desde hace 14 años, el Valle es una fiesta, hoy con cabezudos y esta divertida capea infantil que hizo las delicias de todos. Actuaciones musicales, migas, calbotes… Y así sigue, ocho pueblos que celebran la magia de lo auténtico, los ocres, dorados y rojizos de un sol otoñal que lo envuelve todo. Bosques que hablan, personas que florecen, frutos que sueñan en estas tierras que han sido a lo largo de los años lugar de paso y descanso. Es un rincón que guarda en su historia recuerdo de todos. Es un homenaje a Extremadura, en el Ambroz, un Valle que lo condesa todo por arte de magia.
Luisa y yo hemos vuelto a compartirlo, andando Extremadura.
©vicentepozas.noviembre2011