Ruta por la Dehesa de Arroyo de la Luz

por Oct 11, 2011Cáceres, Ruta Senderista0 Comentarios

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Terminado el verano, septiembre nos reune, de nuevo,al grupo de senderismo para hacer caminos. Iniciamos temporada en Arroyo de la Luz, cerca de Cáceres, a patear sus dehesas. Dejamos los coches y atravesamos la zona norte de este pueblo, rico y singular, cuya vida es espectacular.


Dejamos las callejuelas arroyanas y antes de cruzar uno de sus muchos charcos, nos hacemos la foto de rigor, queda constancia, pues que sí estuvimos
Antiguos molinos dan fe del uso agrícola y ganadero de estos embalses de agua, que hoy hacen la delicia de los pescadores (y de las aves)


Dejamos a un lado el Embalse del Molano, del que bebe la localidad, convertido en un privilegiado lugar de observación de aves y peces. Iniciamos el camino orientados hacia la Sierra de San Pedro.

Esta zona dedicada al cultivo de pastos y cereales, aparece en septiembre como un enorme manto amarillento, después de la siega y antes de la siembra, ofrece un color especial.

Ponemos color a paisajes que parecen no tener fin, caminos que no llevan, conducen.


Zigzagean delante de nosotros, se dibujan en tonos cálidos
El campo descansa,antes de su próxima siembra. Al fondo las estribaciones de la Sierra de San Pedro.

Arroyo de la Luz es tierra de caballos, el Día de la Luz, Lunes de Pascua, fiesta de los caballos, es de Interés Regional. Es difícil perderse, no hay más caminos.

Nosotros nos desviamos camino de la Ermita de la Luz, rodeados de ganado ovino.


Nuestra presencia no les inquieta en su recorrido por estas tierras yermas, a la espera de las aguas de otoño

En esa transición entre siembra y dehesa, aparecen las primeras fotografías. Imágenes de tierras ganadas al bosque mediterráneo

Así se dibuja el campo en Arroyo de la Luz. Explotaciones que pasan de agrícolas a ganaderas.


Encinas que vigilan los caminos y que permiten el paso, vigilantes.

Tierra ganadera donde antaño se sobrevivía, puesto que vivir era un lujo, hoy visitamos estos parajes, ajenos a su dureza de años.


Grandes latifundios donde los animales eran más importantes que las personas


La dehesa se hace uso, una tierra aprovechada al máximo, donde cada gota de agua, es oro.

Andando la ermita de la patrona se cruza en el camino y exige una parada


Momento para reponer fuerzas en torno a la ermita, un paisaje muy visitado por los oriundos de Arroyo.

Dejamos la ermita y conducimos nuestros pasos de nuevo hacia el pueblo

Al instante dehesa, al regreso más calor, un otoño veraniego hace más dura la ruta.
Tierra de caballos, los hay por todas partes
La tertulia hace kilómetros, nosotros afrontamos los últimos antes de finalizar la ruta.
Cuando se tala la dehesa, queda esto…

Amistad equina. Dóciles animales.

Atravesaremos Arroyo de la Luz, la ruta termina

Las calles del pueblo nos miran pasar, el calor y el polvo, ya pegados, hacen mella en este bochornoso septiembre

Lo mejor de todo es volver al camino. Septiembre largo nos ha saludado por las dehesas del Salor. Ahora buscaremos cualquier taberna, en Arroyo se piden morcillas. Así bridamos por la vuelta.

 

©vicentepozas.septiembre2011