Este fin de semana fue el elegido por la Asociación de Municipios de la Vera y la Asociación del Desarrollo Integral de la zona para organizar la XII Ruta del Emperador. Una ruta que se anuncia así:
El 3 de febrero de 1557 llegará con su séquito el Emperador Carlos V al Real Monasterio de Yuste para pasar sus últimos días de vida y descanso. Un año más, hemos preparado un programa completo de actividades conmemorativas de la llegada a estas tierras de tan ilustre personaje. Invitamos a todo aquel que quiera adentrarse en los asombrosos parajes de la Comarca de la Vera y formar parte de tan solemne y memorable historia ambientada en la época renacentista. Anímense a participar y conozcan La Vera tal y como es.
Y allá que nos fuimos: 10 kilómetros, los que separan la localidad de Jarandilla de la Vera, donde el Emperador tuvo que esperar hasta que finalizasen las obras del Monasterio de Yuste, elegido para su retiro y hacia donde nos dirigíamos; dificultad baja, recorrido lineal y estado del firme bueno. La cita era el antiguo Palacio de los Condes de Oropesa, hoy Parador de Turismo, desde donde partiría el cortejo y el Emperador.
Desde primera la muchedumbre se arremolinaba alrededor del Parador, sabíamos que iría mucha gente, pero se desbordó, había más de cinco mil personas.
Llegada la hora, Carlos I de España y V de Alemania partía hacía su retiro, y así se escenificaba.
Un cortejo amplio con músicos, danzarines y doncellas salen de la morada.
La gota que padecía Carlos V hizo que tuviese que realizar el camino en esta silla a hombros de sus súbditos.
Carlos V, en persona, abría la comitiva
Y personajes de toda índole, le acompañan. En la Vera han cuidado cada uno de los detalles.
El Emperador abandona para siempre Jarandilla y es despedido por un pueblo que se arremolina en las calles.
Nosotros con esta ambientación histórica, iniciamos la ruta. Muy bien señalizada. Las calles, para la ocasión, aparecen adornadas con banderolas.
Una multitud excesiva si no vamos concienciados de que es un día de fiesta, para todos.
Pero el murmullo te devuelve al camino, a la marabunta de caminantes que realizan la ruta.
Ahora no hay presas, en otoño e invierno el agua corre brava y libre.
Matamos la sed en la llamada Fuente del Boticario, fuente de cantería situada en la Calle de la Renta, coronada con un arco de medio punto en la que se puede ver a un lado del caño una calavera y al otro una cruz.
Así llenamos las calles de esta localidad verata que celebra en diciembre, el día 7, la fiesta de los Viva-Viva
El agua es constante, esta es la Fuente de los Ocho Caños, las más caudalosa y también la más emblemática del pueblo.
Dejamos Aldeanueva de la Vera y Cuacos asoma al fondo, nos quedan cuatro kilómetros.
La comarca de La Vera es la razón de tanta afluencia. Un día para la belleza.
Una ocasión para desviarse y disfrutar del agua.
Bosques desnudos que volverán a ser frondosos allá en el verano.
La belleza de las faldas de Gredos, un microclima privilegiado que rebosa vida.
La comitiva es una fiesta que no decae.
…y este es el resultado.
Yuste vuelve a su silencio y Carlos V a su retiro.
Nosotros volveremos a la ruta, pero no en esta fecha. Para senderistas aficionados y constantes tal aglomeración de gente es excesiva. Pero ha sido un día agradable, aunque ahora huimos de el, buscamos la tranquilidad de las calles veratas y terminamos en el Mesón de la Puta Parió, en Jarandilla de la Vera, ante unas buenas migas, un poquito de cordero y unos morros. Salud.