Hoy os proponemos caminar por la frontera ibérica, la raya/ a raia hispanolusa. Tierra de lindes, siempre defendida como ponen de manifiesto sus múltiples castillos. Extremadura, como otras regiones españolas, tiene en sus ríos una frontera natural con la vecina Portugal: el Tajo en Cáceres, el Guadiana en Badajoz, a los que se suman algunos de sus afluentes como es el caso del río Erjas, o Eljas, su curso casi al completo discurre por la raya. En estos escarpados riberos, cañones naturales que ha dibujado el agua, se levantaron castillos como el de Peñafiel, situado entre la española Zarza la Mayor y la portuguesa Salvaterra do Extremo. La ruta es un paseo de unos 8kms, muy sencilla pero muy bella y, sobre todo, cargada de historia.
Os dejo el track para GPS de mi compañero de ruta Teófilo Amores.
Zarza la Mayor es un pueblo con historia, no es para menos situándose a caballo entre dos países. Un pueblo que ha tenido que salir adelante a pesar de las dificultades, pues cuatro son las veces que Zarza ha sido incendiada por sus vecinos portugueses. No es de extrañar pues, que Felipe IV le otorgara el apellido de “la Mayor” convirtiéndola así en Zarza la Mayor, por su heroísmo. Los años han dejado importantes vestigios como esta barroca ermita de San Juan
Sus calles siguen escondiendo bellos tesoros como la sencilla ermita de San Bartolomé, y el crucero que se sitúa delante de ella. Hay algunas ermitas más como la de Nuestra Señora de los Sequeros, que guarda la imagen de la patrona local, o la ermita de Nuestra Señora del Castillo. Y castillos hubo muchos, hasta cuatro en Zarza la Mayor. Vayámonos de ruta.
La ruta la iniciamos en la Plaza del Rollo, en las traseras del ayuntamiento zarceño, justo en la esquina que nos marca el camino a la Fuente Conceja.
La fuente procede de la época medieval, y se construyó por la necesidad que tenían los vecinos de avituallarse de agua en un lugar inmediato a sus casas. De ahí viene su nombre, que guarda relación directa con el creciente Concejo de habitantes zarceños. Nos situamos, pues, en torno al año 1323.
Debió ser uno de los principales yacimientos acuíferos, deduciéndose así la monumentalidad de sus formas arquitectónicas, todo a base de sillares de granito bien pulimentados. Destaca el soberbio arco central, ligeramente apuntado, y sostenido por varios contrafuertes laterales.
El Arroyo del Lugar, a nuestra espalda, que atraviesa el pueblo canalizado y cerca de la vieja fuente. Lo dejamos a la izquierda para tomar la paralela calle Concejo que nos sacará del pueblo.
Por la calle Larga salimos de la localidad y ya encontramos algunas referencias que indican el camino a la fortaleza. Este camino, hoy cementado, es la antigua salida hacia la frontera portuguesa, que ahora desemboca en la carretera local CC-174.
Casi al final de la calle, antes de llegar a la carretera, tenemos señalizado un desvío a la izquierda que nos meterá en el camino que lleva al castillo.
A nuestro lado queda un antiguo crucero de granito, muy habituales en los antiguos caminos; esto era lo primero que veían los viajeros al entrar en España, la iglesia se hacía visible y recordaba que se le debía servidumbre.
Frente a nosotros se alza el cerro de la Escoba, 372 m de altitud, que rodearemos, a mitad de su falda es visible la vieja Fuente de la Escoba que surtía de agua a toda la población dispersa por fortalezas y otros edificios defensivos repartidos a lo largo de la frontera.
Al final del camino os encontraréis con la verja de una finca, el día que nosotros fuimos había bastante ganado suelto, como llevábamos un niño con nosotros, decidimos rodear la pared de piedra sin mayor problema y atravesarla un poco más adelante; la verja está abierta y tiene un pequeño camino que lleva a lo que, a todas luces, son restos del pequeño arrabal que rodeaba el castillo, construcciones de las que apenas quedan restos amontonados de las piedras con las que se construyeron. Esta imagen es muy significativa: la pared de piedra, el castillo y al fondo Salvaterra do Extremo, en medio un infranqueable río Erjas que veremos enseguida.
Decía al principio que Zarza tuvo hasta cuatro castillos, el de Peñafiel es el más visible, pues aún ser conserva parte de él. Pero hubo más de los que apenas quedan restos. Como el castillo de Benavente, una fortaleza del siglo XIII. En la época de la dominación árabe, junto con el Castillo de Bernardo, una fortaleza situada en la Sierra de la Garrapata, formaron una línea defensiva del territorio ya que los dos están en sendas atalayas. Hay que mencionar también el Castillo del Madroñal, conocido como Peña de Frey Domingo, cuyos restos hoy apenas son visibles. Sortear la frontera por aquí, era harto difícil aunque las escaramuzas no cesaron nunca.
Un terreno escarpado a base de pequeñas lomas y profundos barrancos, muchos de ellos llenos de agua, desniveles que caen casi en vertical; imagino que aquí sólo cabía la posibilidad de atacar por sorpresa. De hecho estamos dentro del Parque Natural del Tajo/Tejo Internacional, Reserva de la Biosfera de la UNESCO. Viendo la imagen se entiende el contrabando.
Así accedemos al castillo. Se trata de uno de los símbolos más emblemáticos del municipio de Zarza la Mayor y da nombre a la ruta de senderismo que llega hasta él para luego dirigirse hacia tierras portuguesas. Sus muros han vivido a lo largo de los siglos batallas diversas como las que libraron cristianos contra musulmanes o españoles contra portugueses. Tras su reconquista por parte de Alfonso IX, el castillo fue cedido como propiedad de la Orden de Alcántara. La puerta exterior es de arco de medio punto, flanqueada por dos medios cubos redondos que sirven de garita.
El castillo cuenta con dos niveles de muralla: el primero cerca el patio de Armas y presenta un portado construido íntegramente con sillares de granito; el segundo rodea todo el perímetro de la fortaleza y está coronado por almenas de mampostería y cal. Se encuentra unido por una calzada de piedra a la puerta principal del recinto interior.
Esta fortaleza fue construida por los musulmanes bajo el nombre de Racha-Rachel, y rebautizada tiempo después por los cristianos como castillo de Peñafiel, como se le conoce hoy en día. Los primeros restos de este castillo pertenecen al siglo IX, cuando los bereberes levantaron una torre de vigilancia sobre el territorio fronterizo.
Hoy en día se pueden observar restos de la fortaleza construida en el siglo XVI, también su torre del homenaje, que se conserva como principal y más majestuoso elemento. Cuenta además con dos perímetros defensivos.
Levantado con el fin de proteger el paso del río Erjas (Erges en portugués), fue conquistado por Alfonso IX en 1212 y entregado a la Orden de Alcántara. La torre del homenaje, construida cerca de 1475, aun conserva diferentes ventanas y aspilleras, destacando la magnífica ventana bigeminada abierta en su flanco oeste.
La torre termina en una terraza a la que se accedía mediante una escalera de mano que comunicaba con otra escalera muy estrecha empotrada en el muro.
La torre es el elemento más llamativo aunque como se puede ver desde el interior se mantiene en pie a duras penas, pues su estado es lamentable.
Aunque su origen es bereber (s. IX) y su apelativo (Racha Rachel, o lo que es lo mismo, La piedra de Raquel) responde a diferentes leyendas de esta época, los restos que se conservan corresponden fundamentalmente a las reformas que se llevaron a cabo en el s. XVI. Jugó un importante papel durante la Reconquista, y más tarde en las guerras hispano-lusas por la independencia de Portugal de la Corona de Castilla.
En el Patio de Armas aún subsisten restos de lo que antaño fueron caballerizas, dependencias domésticas, horno, Casa de Amasar, albacar y, sobre todo, el aljibe.
Su localización es privilegiada, pues está dentro del Parque Natural Tajo Internacional, zona de gran riqueza paisajística.
En los roquedos que rodean el castillo haya varias colonias de buitres leonados que vuelan por debajo de él. Si no hacéis mucho ruido podéis observarlos sin problema.
El río Erjas encajonado ofrece esta panorámica desde del castillo, toda una posición defensiva para vigilar las tierras de Portugal, del río hacia allá.
Cerca del castillo aún quedan en pie algunas torres defensivas como puede verse desde la fortaleza
Del castillo apenas quedan restos de muralla y algunas paredes de diversas estancias, una mezcla de estilos que es notable.
Como señala Eusebio Medina García: “En la Raya, junto a la frontera política y conflictiva de las reyertas o contiendas se desarrolló una frontera osmótica, permeable, llena de encuentros y de oportunidades. Esta es la frontera del comercio y del contrabando tradicional, de los cotos mixtos y los povos promiscuos; es la frontera mágica y festiva, del entendimiento y de las alianzas tácitas, la frontera de la vida cotidiana”
En palabras de un autor portugués, estamos ante una frontera de ojal y botón, un territorio que queda abotonado mediante la sucesiva oposición de plazas fuertes y poblaciones españolas y portuguesas. La raya hay que entenderla pues a ambos lados de su traza y en toda su longitud.
El enorme patrimonio de arquitectura defensiva, de una notable homogeneidad estilística, es lo que más resalta en un recorrido visual de la frontera.
Todo esto dibuja un paisaje histórico, cultural y antropológico cuyo valor ha hecho que se inicie el expediente para proponerlo como Patrimonio de la Humanidad a la UNESCO. Esta iniciativa parte fundamentalmente de la portuguesa Elvas (declarada a título individual en 2012) y la ciudad de Badajoz.
Regresamos sobre nuestros pies por las viejas callejas empedradas, arquitectura de piedra seca que ahora es Patrimonio de la Humanidad. Antonio y Teo, Antonio Luna y Teófilo Amores, son mis dos mejores compañeros de camino, ellos están en muchas de las rutas de este blog.
De regreso, la arquitectura rural nos enseña uno de sus elementos más característicos: la segunda vida de los somieres.
Y retornamos a Zarza ‘la mayor’. Como ellos mismos dicen: En puertas del siglo XXI Zarza la Mayor goza de lo más básico y de otros elementos adicionales: instalaciones deportivas, culturales, educativas, sanitarias, de administración… El decoro de edificios, y lugares inmediatos a la población, se cuida especialmente. Los zarceños comienzan a explotar un filón hasta el momento virgen: el medio ambiente natural que los rodea, y del cual destacan dos espacios: Canchos de Ramiro y Parque del Tajo Internacional, ambos dos zonas de gran interés paisajístico y avifáunico. El turismo rural se convierte en algo cotidiano y en la esperanza de futuro más inmediata.
De aquellas épocas más esplendorosas quedan edificios como el de la Real Fábrica ce la Seda situada en la plaza de Claudio Temprano. Construcción barroca de enormes proporciones, utilizada para beneficiarse la población de la crianza del gusano de seda, donde se encuentra el ayuntamiento, estas son las traseras de ese edificio
Ahí se sitúa el rollo o picota, sin brazos pero con dos escudos. Como escribe Alonso de la Torre en una de sus crónicas de contraportada «CUENTAN las crónicas portuguesas que en 1645, en plena guerra de independencia con España, las autoridades militares de Lisboa empezaron a preocuparse por un pequeño pueblo extremeño llamado Zarza la Mayor. Los libros de historia ponen esta frase literal en boca de un general portugués: «Vaiase ao diabo a Zarza, ¿onde está Zarza? En toda miña vida oí nomear esta Zarza e agora tudo é Zarza».»
En el mismo lugar dónde hoy se eleva, majestuosa, la iglesia parroquial dedicada al apóstol San Andrés, en pleno centro urbano, existió antaño, durante la época medieval, una modesta capilla dónde los primeros pobladores de la aldea de La Zarza asistían diariamente a los oficios. Hoy es un edificio religioso de gran envergadura, con una tipología característica del momento, cuyo diseño general se debió al arquitecto Pedro de Ybarra, si bien intervinieron otros destacados alarifes como la familia Moreno o Juan Bravo.
Nos alejamos de la raya/a raia, frontera borrada que ha vuelto a cerrar el COVID19 en estos tiempos de pandemia mundial. Estos días volvieron las garitas, antes castillos; los guardiñas, antes soldados y los controles, antes portagem. Pero todo es circunstancial, un mal sueño. Hoy la frontera es administrativa no social; Iberia se une en programas y proyectos europeos, fiestas tradicionales, eventos deportivos… Portugal es mejor destino, más conocido. Los que siempre hemos tenido alma portuguesa nos alegramos de este cambio. Para l@s rayan@s nada cambia, para ellos la raya siempre era algo que había que saltarse. De la raya borrada nos quedan los viejos castillos.
@vicentepozas2020