Paseo por el Cáceres más monumental. Ruta por Cáceres

por Abr 20, 2011Cáceres, Ruta Senderista0 Comentarios

La definición de pasear nos dice, entre otras acepciones, que es la acción de ir andando por distracción o por ejercicio.
Andar, es pues por definición, ir de un lugar a otro dando pasos.
Caminar, entonces, es andar una cierta distancia.
Deambular es una forma de andar o caminar sin dirección determinada.

Deambular por Cáceres es andar por la historia, pasear sobre las piedras, caminar hacia el pasado.
Esta es la propuesta: pasear por Cáceres y deambular por sus calles.
Desde lo alto, esta es una ciudad como muchas. Una ciudad mediana, tranquila, un enclave del oeste español. Ni muy habitada ni demasiado aburrida. Ideal para vivir.

Sólo cuando te fijas hay algo que destaca, algo diferente, sobresalen almenas, torres desmochadas y campanarios de su ciudad antigua.

El equilibrio de una ciudad que conserva su lado más rural, que sorprende gratamente.

Recorrerla andando es una invitación a disfrutar de su conservación, la que le valió hace muchos años el título de tercer conjunto monumental de Europa…

Y que hoy se alza como Ciudad Patromonio de la Humanidad

Y así nos acercamos para verla más cerca.

Mucho más cerca. Casi para tocarla.Porque el recinto amurallado de Cáceres contiene el conjunto de arquitectura civil y religiosa más importante del Renacimiento español que se conserva intacto en nuestros días.

Edificios que nos retrotraen hasta finales del siglo XIV, cuando se construyeron la mayoría de sus palacios que fueron reformados en su inmensidad durante el siglo XV y el siglo XVI.

Palacios, casonas, iglesias y conventos que componen este decorado conservado por la historia. Años que podemos pisar.
Historias que podemos imaginar en un medievo difícil para quien no ostentaba apellido o escudo

Una historia que castigaba traidores, como se refleja en sus torres, muchas de ellas desmochadas a mediados del siglo XV por orden de los Reyes Católicos como vergonzante castigo a las facciones aristocráticas opuestas a su causa, son un callado testigo de los conflictos nobiliarios que asolaron a la Extremadura de fines de la Edad Media.

Torres y campanarios hoy habitados por la imponente cigüeña, omnipresente alado, dueña de los cielos extremeños

Palacios que guardan un pasado judío que quiso ocultarse y que hoy, felizmente, ha vuelto a ser protagonista. Lo dicen sus rincones.

Una ciudad vigilada. Sorprendente en cualquier detalle.

Altiva como su arquitectura señorial de grandes palacios. Hay que pasear por el suelo mirando al cielo

Reconocer en sus blasones las casas de nobles y señores. Sorprenderse con una arquitectura equilibrada de trazos geométricos

Trazada intramuros para defenderse. Hoy es un delirio pasearla.


Descubrir qué se esconde tras cada filigrana, leer quién fue el señor de cada palacio

Cómo es posible tallar la piedra con tanta delicadeza. Siempre hay una forma y un porqué

Y un templo con campanas que demuestra que el poder, al fin y al cabo, siempre fue de la Iglesia

Torres como cilindros que miran al cielo. Redonda. Del linaje de Los Carvajal.

O la Iglesia de San Francisco Javier, templo jesuita de estilo barroco construido en el siglo XVIII

En Cáceres cualquier rincón es historia y nos permite imaginar los años cuando las plazas se abren a sus palacios

O se intuyen en sus calles y se averiguan en sus cuestas

Siempre hay una calle y un palacio y una gárgola que cuentan una historia.

Una ciudad amurallada por los almohades, vigilada por torres albarranas con nombres que certifican su historia y la de sus protagonistas

De piedra o de barro dejan constancia de las fortificaciones que se levantaban en tiempos de guerra constante y de rivales eternos
Una muralla que sigue protegiendo el recinto intramuros de un enemigo más peligroso: la barbarie y el desconocimiento que invitan a ignorar la historia

Torres albarranas que contaban con fosos y barreras que desaparecieron con la presencia de casas. Esta muralla debió de tener 4 puertas orientadas a los cuatro puntos cardinales.

Afortunadamente muchas de ellas se van recuperando y pueden ser visitadas. Forman parte de este paseo y ofrecen una imagen admirable del recinto medieval.

Que nos enseña sus palacios coronados de belleza, en un tiempo en que la ostentación era poder.

Demostrar el linaje era cuestión de altura.

Abajo, la plebe luchaba por sobrevivir. La plaza de San Jorge que nunca existió hoy es una referencia.


Una plaza coronada por la Iglesia de San Francisco Javier o Preciosa Sangre, un espacio multiusos robado al rezo en favor de la cultura.

Una cultura recreada que, de vez en cuando, toma las calles monumentales de la ciudad antigua para delirio de todos.

Un espacio que quiere recrearse en su memoria evocada. Que imita el ambiente medieval.

Rincones convertidos en un plató perfecto para viajar en el tiempo

Si como invitado a esta cuidada puesta en escena aceptas las viandas que te ofrezcan sus anfitriones, eres bienvenido.

O si el clero quiere que confieses tus pecados y purifiques tu alma y tu espiritu perdido.


En busca de una paz que se acentúa con la tarde y una luz mágica nos invita a imaginarnos envueltos en sabrosas historias.

Héroes de leyenda. Caballeros en lance que se enfrentan a las damas. Espada en mano

Caballeros apostados esperando el final más conveniente a su enredo amoroso. Así paseamos por la historia.


Recreada en cada palacio que descubre su pasado cristiano y árabe

Actores, carros de comedia, autos de fe representados en una plaza para purgar nuestras culpas

Historias de amor entre nobles y plebeyos. Lances ocultos a los ojos del amo y señor que no habría de consentirlos


Así, el paseo tranquilo por la monumental Cáceres se convierte en sorpresa, ya sean mercados, fiestas medievales, recreaciones renacentistas, teatro clásico…

…los mercaderes se apuestan en estas plazas para ofrecer su remedios milagrosos.

E incluso adquirir armas para el lance. Prepararnos para la lucha.
En ocasiones es la música la que hace de mágico anfitrión cuando sus calles se llenan de trovadores de este siglo. Nómadas y mercantes.


Música llegada de todos los rincones del mundo, como en otros tiempos llegaban las personas del otro lado del mundo

Un gran escenario de conciertos que ha llegado a boca de todos. Es tiempo de Womad

Es tiempo para invadir la calle, las iglesias. Tiempo para el gozo

Música, arte y danzas del mundo han venido hasta Cáceres. Siempre en mayo.

Para dejarse llevar en este paseo por sonidos que desconocemos y que, en ocasiones, nos son familiares


La música convertida en escenario de artistas locales es otra propuesta que merece ser paseada

Cualquier cosa es posible, hasta el anacronismo.
Un recorrido bañado por el agua que suaviza este camino constante

Un tiempo de amigos, para pararse a escuchar, a ver, a ser vistos

Porque a veces la magia se dibuja a luz de las velas

Cáceres se humaniza dibujada por las luces de cera que endulzan sus formas y suavizan su contorno
A la luz de las velas cualquier fotografía es posible


Caulquier motivo es bueno para deambular por la ciudad antigua


Y es difícil repetir la escena. La paciencia dibujada vela a vela


Un sueño que en Cáceres no repetiremos, pero que disfrutamos

Para el recuerdo nos queda la pasión que pusimos y los puntos de colores
Esta ciudad es más que un empeño. La luz permanece en cada una de sus torres


Para el visitante la ciudad se dibuja orgullosa, presume de su linaje e invita a su paseo

Un paseo por el Cáceres más monumental, una ruta por el Cáceres más histórico y más orgulloso. Una invitación a pasear por una ciudad regalada por los años. En cualquier época del año, Cáceres es una disculpa perfecta
©Vicente Pozas. Cáceres 2011