Ruta por la Vía Verde de Las Vegas del Guadiana a Villuercas

por Dic 13, 2010Geoparque Villuercas Ibores Jara, Ruta Senderista0 Comentarios


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La propuesta surgió de la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Extremadura dentro del II Festival de las Grullas. Una de las actividades era una invitación a la realización de una ruta interpretada por la Vía Verde, con salida desde la estación de tren de Madrigalejo y llegada al mismo punto, con una distancia aproximada 15 kms andando y 20 kms en bicicleta.
Mi hijo Guillermo y yo optamos por hacerlo en bicicleta. Fue una jornada sorprendente que nos regaló el avistamiento de miles de grullas. Mañana fría de diciembre, pero que mereció la pena.

El punto de encuentro, como he dicho: la estación de Madrigalejo, construida y nunca usada.

Para quien no conozca estos lugares, las Vías Verdes son antiguos trazados de tren que ya no se utilizan, o como en este caso nunca puesto en marcha, y que han sido remodelados como caminos para la práctica de actividades de naturaleza: senderismo, cicloturismo o rutas en caballo. La Vía Verde Vegas del Guadiana – Las Villuercas, con una longitud de algo más de 50Km, une las poblaciones de Villanueva de la Serena con Logrosán, atravesando zonas de especial protección de aves y zonas de gran riqueza natural.

El trazado pretendía unir Villanueva de la Serena (Badajoz) y Talavera de la Reina (Toledo) y sus obras comenzaron a finales de la década de los años 20 (siglo XX). Se construyeron túneles y viaductos monumentales… Pero la Guerra Civil (1936-1939) provocó que se abandonara el proyecto.

Los trabajos se reanudaron posteriormente, con la construcción de nuevos tramos y muchas de las estaciones. El tramo de Villanueva de La Serena a Logrosán estaba prácticamente finalizado. Pero el hundimiento de algunos túneles y sobre todo los cambios sociales y la modernización de otros medios de transporte, hicieron que en la década de los 50 se abandonara definitivamente el proyecto.

Por estas vías jamás llegó a circular ningún tren. Y los gigantescos viaductos, estaciones y túneles quedaron como monumentos silenciosos del sinsentido humano. (viajarporextremadura.com)

Nosotros partimos de la Estación de Madrigalejo, es fácil llegar. Si venis por la N-430, hay que desviarse antes de llegar a Navalvillar de Pela, dirección Guadalupe, Madrigalejo, Trujillo. Es la EX-355 que conecta con la EX-378; una vez pasado Madrigalejo, dirección GuadalupeTrujillo, a unos 4 kms divisaréis una gran silo y un cartel que indica ‘Vía Natural’, ahí se puede dejar el vehículo y comenzar la ruta.

Si venís desde Trujillo, el silo está antes de llegar a Madrigalejo, como digo es visible y está bien indicado.

Os dejo un enlace al mapa para que visualicéis la ruta:
Nosotros comenzamos a pedalear junto a una veintena de ciclistas

Guillermo, ciclista habitual, venía preparado para hacer la ruta; yo reconozco que lo pasé peor. Andar, lo que haga falta… la bici cuesta. Tras dejar las primeras dehesas era audible el jaleo de las bandadas de grullas en cuanto llegamos a los campos de maíz y arroz.


El cielo comenzó a convertirse en un espectáculo, aparecían en bandadas cientos de grullas.


Mirases donde mirases, las grullas estaban ahí


Pasaban junto a nosotros, era imposible abstraerse al espectáculo, nos parábamos cada momento


La Vía es larga, un total de unos 55 kilómetros que atraviesan tierras agrícolas y Zonas de Especial Protección de Aves (ZEPA) como las de Arrozales de Palazuelo y Guardaperales, la de Llanos de Zorita y Embalse de Sierra Brava, la ZEPA de Vegas del Ruecas, Cubilar y Moheda Alta. Esta es la Vega del Ruecas que proyectos termosolares quieren convertir en basurero.

El espectáculo era constante, no fotografiarlo parecía un crimen; para desesperación de Guille que no quería parar.


A la vera del camino se alimentaban tranquilamente y permitían que las observáramos en silencio, antes de percatarse de nuestra presencia y emprender el vuelo.

Levantaban el vuelo en un escandaloso despegue que se unía al de miles de ejemplares que te rodeaban por todas partes

Te daba la sensación de que hacían al ruta contigo o que incluso te la iban señalando.

Cada pedalada hacía que nuevos grupos emprendiesen el vuelo, surgían tras cada barbecho, detrás de cada sembrado.

Volaban junto a nosotros para deleite de ojos y oídos.

Estas Vegas albergan miles de grullas en otoño, aquí, de momento, viven tranquilas.

La vida agrícola continua con normalidad en estos campos invadidos de aves.

Cada parada, una fotografía. Miles de grullas a coro, se hacían notar de continuo.

La organización de la ruta había preparado varios puntos de avistamiento. Este, situado junto a una antigua balsa, nos permitió avistar, además de grullas, ánades y multitud de aves.

Otro avistamiento, al fondo podéis observar a los ciclistas parados y contemplando las grullas.


Todo un espectáculo en primera fila

Sin descanso y con los ojos como platos ante el espectáculo, regresamos al punto de partida a reponer fuerzas con una invitación a un buen plato de migas que ofreció la organización, con el deseo de que estas tierras no se toquen y alguien sepa vender lo que estas zonas de labor ofrecen, que no es poco. La única pena es que la Vía Verde esté tan abandonada; de hecho la web de Vías Verdes advierte de su abandono con el siguiente mensaje:

VÍA VERDE ACONDICIONADA : Vía Verde con serios problemas de mantenimiento.
Dadas las graves deficiencias existentes en el itinerario por su deficiente mantenimiento, esta Vía Verde no ofrece las condiciones necesarias para ser considerada «vía verde acondicionada» (se avisará de cambios en esta situación)

Como dicen en la web de viajar por Extremadura: Impresiona ver las estaciones abandonadas que encontramos en el camino… Nos cuentan la historia de esta línea de ferrocarril fantasma que nunca llegó a funcionar.

A nosotros nos queda el agradecimiento a quienes organizaron la ruta y nos regalaron tamaño espectáculo. Nos acompaña la tranquilidad de comprobar que estas aves siguen viajando más de 4.000 kilómetros para venir a Extremadura y que encuentren en esta tierra el lugar perfecto para su otoñada. Disfrutar de ello es algo más que un placer, es un privilegio que comparto en este blog que recorre los caminos de un territorio inmenso y secreto.


***A mí además me quedaron una agujetas en mis posaderas que tardé varios días en olvidar.
A Guillermo se le hicieron pocos estos 20 kms, a mí, la disculpa de ir haciendo fotografías me permitía descansar de vez en cuando.
Ojalá alguien se acuerde de esta Vía y no deje que se deteriore más, si queremos vender naturaleza, esta no es la mejor manera. Las inversiones que se hacen hay que mantenerlas para que otros podamos publicitarlas con tranquilidad, y así, quien se adentre en estos caminos no se vaya defraudado por su estado de conservación que no es penoso todavía, pero que va camino de ello.
Diciembre de 2010